"PARA LA MAYORÍA DE NOSOTROS LA VERDADERA VIDA ES LA VIDA QUE NOSOTROS NO LLEVAMOS" (OSCAR WILDE)

Soy la chica más desgraciada del mundo. Sí, seguro que lo soy. Y aunque Ustedes me digan que lo que acabo de decir es una tontería, yo sé que lo soy. Y se lo puedo asegurar.
En primer lugar debo confesar que me considero desgraciada porque soy un poco feíta. No es que lo sea del todo, sólo un poquito, de verdad. No vayan Ustedes a pensar que soy igual de fea como esa chica que está sentada a mi lado. Gracias a Dios, no. Pero tampoco soy como me gustaría ser. Aunque reconozco que tengo unas piernas por las que moriría cualquier chico y las que le gustaría tener a cualquier actriz. Mamá me dijo que estas piernas me las había regalado la naturaleza. Desde que me lo dijo amo la naturaleza.
Y mi pecho... tampoco está mal. Bueno no es que sea perfecto. Quiero decir que no es como el de la mujer de en frente pero supongo que de todas formas a los chicos les gusta...
¿Qué parada es?... Aun me queda. Odio el metro. Odio observar a la gente. Miren los zapatos de aquélla que acaba de subir. Pero ¿ésa qué se cree que es? ¿Cuánto le habrán costado? Yo tambíen quiero unos así. Se lo voy a decir a mamá.
¿Por dónde me había quedado?..Les estaba contando que me considero desgraciada. Claro. Y ¿quieren Ustedes saber el porqué? No sé quiénes son Ustedes pero se lo voy a decir. Soy desgraciada porque hace justamente dos semanas me dejó mi novio. Me llamó por teléfono, dijo: "Hola-chiquilla-lo-siento-pero-me-he-enamorado-de
-otra-y-te-tengo-que dejar" y colgó. Lo dijo tal cual. Sin darme siquiera tiempo a contestar. Bueno, debo decir que no le quería mucho pero todas las chicas a las que yo conozco tienen novios y por eso me da rabia... Repito, no le quería pero me gustaba estar con él. Quiero decir, me hacían mucha gracia las historias que contaba. Además me compraba todo lo que yo quería cuando su padre le daba algo de dinero y lo mejor era que me llevaba al cine. No sé si era para divertirnos un poco o más bien por otra cosa porque siempre nos sentábamos en la última fila y no dejábamos de besarnos hasta que la película se acabara y se encendieran las luces. En fin, no es lo más horrible que me podría ocurrir pero ahora que lo he perdido tendré que quedarme sin salir de casa todos los fines de semana. Porque por otro lado una de las razones por las que me considero desgraciada es porque no tengo amigos. Tengo unos cuantos conocidos con los que paso bien el tiempo, con los que me divierto, pero en el fondo reconozco que ninguna y ninguno de ellos es verdaderamente una buena persona. No sé si yo lo soy - supongo que Ustedes piensan que no - pero de todos modos me gustaría conocer a alguien que lo sea. Sólo cuando encuentre a esa persona podré decir que tengo amigos. No me corrijan, lo he dicho bien. Amigos, exactamente amigos. En plural. Ya que yo pienso que una buena persona es mucho más que un millón de malas. Traidoras. Egoístas. Mentirosas. Aunque ésas últimas sean muchísimo más divertidas.
Dirán Ustedes que hoy estoy un tanto filosófica. Es cierto. Nunca antes me había pasado nada parecido. Eso será porque estoy en el metro. Odio el metro.
¿Qué parada es, por cierto?.. Por Dios, ¿cómo es posible eso? Pues miren Ustedes qué gracioso. ¿Quién se iba a imaginar que por pensar tanto acabaría saltando mi parada?