A donde quiera que me mueva ella esta dando vueltas, casi siempre la tengo alrededor de mí, es tan natural tenerla cerca, que casi olvido lo importante e imprescindible que es en mi vida….
No importa cuantas veces me diga a voz en cuello, que deje eso o haga aquello, solo sé que así fue siempre, también sé que siempre estuvo ahí para darme su perdón cuando las broncas se desbocaron…
No recuerdo cuando dejamos de pelear, por ella querer atarme a sus principios, y yo por desatarme de ellos, solo sé que ahora y desde hace tiempo…hablamos, si hablamos, conversamos, nos reímos, como dos buenas amigas.
Pero eso no quita que cada cierto tiempo reneguemos y nos enfademos por algo, que ella grite y yo responda, pero lo bueno de estos tiempos es que ya no hay resentimientos.
Hemos llegado al punto en que somos… madre e hija, que se aceptan una a la otra, no tal cual son, pero que se aman por sobre todas las broncas, reñidas, desobediencias y terquedades.
Si MADRE BELLA, a ti te escribo para decirte que….. TE AMO MUCHISIMO, y que nunca te cambiaría por nadie.
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