TRATADO O ELOGIO A LA MEDIOCRIDAD

Nació un día cualquier como cualquiera de nosotros, creció con la normalidad de cualquiera de nosotros, asistió a un colegio regular como cualquiera de nosotros, vistió de manera normal y en pocas palabras pudo o puede ser cualquiera de nosotros, lo curioso por que no es interesante era esa peculiar forma de vida y sus convexas situaciones que mas parecen el resultado de una obra de teatro de lo absurdo.

Cuando nació lo marcaron con una cintilla en la muñeca así como a ustedes y de pequeño el niño Dios le trajo regalos que alas 8 AM del 25 de Diciembre ya no servían, en los postes aledaños a su casa alguna cometa enredada había, tuvo una vecina que se ponía rulos en la cabeza todos los días, después de los partidos de la selección o luego de un miss universo no entendió la razón por la cual la gente salió a la calle a lanzar harina, le fascino comprar en la calle y siempre vivía rodeado de personas como el con las mismas características, fue el último de las filas y cuando lo iban a atender delante suyo siempre había alguien que se demoraba por cualquier estupidez, en varias ocasiones corrió tras los carro tanques que dispensaban el agua por que en casa no tenían el servicio, son esas cosas las que nos hacen un pueblucho, por que no falta el estúpido que crea que en mi país no hay cultura y tenga que vivir con modelos importados que nos son la solución ( R. Blades ) , por que no se van, no se van del país ( Prisioneros ), hasta esto es cultura y yo como profesional de la cultura, quiero enaltecer a mi país, para que un día tal vez no sufra mi gente tras un carro por un poco de agua, y quede esto como una historia, necesitare de un matemático o un ingeniero que construya presas, pero seguro un humanista que los eduque y les enseñe a leer y a escribir.

Son esas cosas las que realmente nos hacen Colombianos, no las manillas tricolor, ni los grammis, ni los grandes premios de automovilismo, ni las Toyota Libertadores y todo para pedir una paz que jamás existirá ni ha existido desde ninguna mirada, somos nosotros mismos los que nos hacemos, no es un sentimentalismo barato, por que aunque somos adoradores de nuestro país, somos resultadistas que le damos el culo a un deportista cuando pierde y ¿ si somos tan resultadistas por que no nos exigimos mas ?