El libro se cerró, con una traición se selló y aquella a quien tanto di fue una malagradecida que ni siquiera el respeto me devolvió, herido me dejó, mientras abrió paso a que un simple abusador entrara y la desgarrara.
Pero está bien, puesto que él es quien ahora sufrirá la telaraña de mentiras, de aquella quien no sabe querer más que a su debilidad, una cruel vampireza que busca tratar de ser una doncella.
Tal vez sea por resentimiento.. probablemente sea la sal que se me hechó en la herida, a punta de lágrimas que no mostraban para nada que fueran verdaderas.
Que importa, que sea otro el que disfrute del gozo de la compañía, mientras es este el condenado que se desvela junto a una fría almohada noche tras noche, esperando a que alguna estrella se digne a darle lo que merece...
¿La cadena ha sido rota, pero porque aún así mi corazón llora?