Tres Mujeres…Tres destinos.
Es media noche…
Desde la cercana iglesia se oye tañer las doce campanadas. Hora en que todo es posible y factible. Hora en la cual se levantan los muertos de sus tumbas y mantienen una amena tertulia con sus vecinos. Hora en la cual se despiertan los fantasmas y tienen hasta la madrugada vía libre. Vía libre para transformarse en lo que ellos desean, ya sea en humanos o animales, pero bajo la condición que con los primeros rayos del amanecer vuelven a sus moradas…
En una estación cualquiera de ómnibus de larga distancia, están esperando tres personas, mujeres precisamente. Sentadas en un hall resguardado del frío embate del viento, que barre los andenes en cualquier dirección formando remolinos y turbulencias, esperan pacientemente el arribo del coche.
Una de ellas es de tez morena, delicada, fina y de un porte excepcional. En su falda yace un maletín negro al cual abraza fuertemente y que contendrá su futuro destino. Es la bailarina negra, la famosa Josephine Baker, llamada también la “Venus de ébano”. Todavía joven, famosa, bella y a la cual eligió el destino para enfrentarla con las otras dos mujeres en esta noche en que todo es posible…
La segunda mujer, es una muchachita joven, casi niña, linda y tímida, tucumana.En sus manos sujeta un bolso en cuyo interior hay un sobre que contiene una dirección de Bs. Aires hacia donde se dirige.Parte en busca de trabajo, una vida nueva, y si es posible aprender algún oficio…
La tercera mujer está sentada en semipenumbra, tal vez quiere ocultar sus rasgos finos, inteligentes, pero irreales a la luz de la lámpara, y algo en ella se vislumbra extraño, ficticio, fantasmagórico y es justamente por eso, que se oculta en la sombra.Es precisamente un fantasma, que hoy transformado en una mujer, recibió la delicada tarea de ayudar al destino de cambiar las vidas de ellas tres. En su bolsillo guarda una llave herrumbrada, la cual es su carcelero, que la obliga al amanecer regresar al submundo.Solamente, si recibe una orden expresa de tirar la llave antes de amanecer, obtendrá la posibilidad de permanecer en este mundo, transformada en lo que elige, persona o animal.
Un par de minutos después de media noche entra en el andén un ómnibus. Algunos pasajeros bajan y el coche queda vació. Descienden los chóferes y la azafata. Mientras los hombres se dirigen al bar, para tomar algo caliente, la azafata sale al encuentro de las tres mujeres y las acomoda en sus asientos. Dos de ellas, la bailarina y la niña tucumana, en los asientos de a dos y la dama semioculta en uno solo. Luego les entrega un sobre a cada una, pidiéndolas lo abran recién al llegar al destino…
Regresan los conductores y el ómnibus parte a toda velocidad…
Atrás queda…la nada…, todo el cuadro expuesto y narrado en este cuento se diluye, tan solo la noche oscura y el furioso viento persiste en el sitio donde antes se encontraba la terminal del ómnibus…
El viaje en el coche transcurre con toda la normalidad.Al cabo de muchas horas y todavía en la penumbra arriba a Bs. Aires. Es éste el momento en que la azafata les pide abrir los sobres y leer el contenido. Al hacerlo, las tres, de pronto se ven transportadas cada una a un punto diferente de la ciudad.
Del ómnibus, de la azafata, ni sombras, todo se desvanece en la oscuridad…
Josephine Baker la “Venus de ébano”, lee su carta.En ella se le pide: dejar su vida artística, emprender una vida social, ayudar al prójimo, formar varios orfanatos, adoptar niños de todas las nacionalidades, cultos y razas; lo que ella gustosamente acepta. Otro pedido consta en recoger a la niña tucumana, su compañera del viaje, enseñarle y guiarla en el arte de la danza. Como referencia y punto del futuro encuentro el primer orfanato que ella construirá y patrocinará…
La muchachita tucumana recibe la siguiente orden: dejar del lado la dirección a la cual se dirigía y emplearse mientras tanto en una institución de beneficencia y esperar los futuros acontecimientos.
El tiempo dirá…
La tercera viajera, de este tan singular destino, personificada por el fantasma recibe la siguiente orden: acompañar a las dos, velar por su arribo a la ciudad y antes que se haga la claridad del día tirar la llave herrumbrada, su carcelero.Elegir la forma humana en la cual andará de aquí en adelante por la ciudad, vigilar y hacer cumplir y guiar hacía el futuro a las dos mujeres.
Una vez realizado esto, volver al punto de partida y aquí será premiada y le será cumplida la promesa de poder permanecer materializada en este mundo…
Pasaron varios años…
Josephine Baker edificó varios orfanatos, adoptó a varios niños de todas las razas y murió en 1975 en Paris. Todo el mundo en vez de llorarla le aplaudió y la bendijo. Una de sus últimas labores fue haberle dado la enseñanza a la niña tucumana; que si bien no resulto ser bailarina como ella es la que hoy continúa su labor, maneja varios orfanatos y se ocupa de los hijos adoptados por Josephine…
¿Y el fantasma?
El fantasma tiró la llave herrumbrada a tiempo, en forma de mujer supervisó el desarrollo de los destinos de estas dos mujeres y por fin regresó al punto de partida de este cuento tan inverosímil y disfruta de su forma humana, hasta que otra vez, al morirse, se transforme nuevamente en un fantasma esperando su próxima consigna a cumplir…
Y todo comenzará de nuevo…
El destino valiéndose de él empezará tejer una nueva trama en la vida de otras personas elegidas al azar.
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