Quería salir, gritar, soñar, ser escuchada y no resignarse a permanecer eternamente en un segundo plano. Sólo reclamaba la oportunidad de poder crecer, desarrollarse, intentar vivir y no seguir fluctuando entre esos dos mundos paralelos.
Quería crear su propia realidad, una que se adaptara a ella, a su manera de ser. Soñaba con construir, con crear nuevas cosas y transformar algunas otras.
Quería ser entendida, para finalmente entrar en aquel lugar privilegiado donde se encuentran muchas que se vieron en su misma situación. No quería morir, sino vivir y sentir; explorar nuevos lugares y opiniones que le ayudaran a formarse por completo, sin perder su esencia, su razón de ser.
Miraba con tristeza aquellos tiempos de antaño, en donde no habría podido tener la libertad de desenvolverse en su entorno. Creía que venían tiempos mejores, en los que el mundo estaría preparado para recibirla y que los sentimientos evocados por los recuerdos del pasado, no eran más que una angustia vana, que poco valor tenían en la actualidad.
Exigía el derecho de ser tomada en cuenta, pues no deseaba sucumbir junto con las demás que la acompañaban. Se sentía diferente, especial y de algún modo pensaba que ella si trascendería, ella si rompería las barreras del olvido para instalarse en lo más elevado del ser, en aquel lugar intangible, pero que, sin embargo, posee un valor inigualable.
Sabía que no podía rendirse. Su espíritu inquieto alimentaba constantemente las ansias de seguir luchando aunque todo pareciese tornarse en su contra, aunque su objetivo se viese cada vez más lejos.
Anhelaba que creyeran en ella, en el verdadero valor que poseía y en todas las inimaginables virtudes que la hacían ser fuera de lo común y destacarse por sobre las demás.
Quería revelar aquel secreto, ese que se mantenía tan bien guardado y que produciría tantas satisfacciones. Pero no unas materiales, sino que superiores a estas, unas que se ubican en otro plano y que difícilmente se les puede comparar. Pero ¿Cómo podría hacerse respetar, si su fragilidad era lo único notorio en su apariencia? ¿Qué es lo que debía realizar para hacer notar su singularidad y no seguir siendo ignorada? Posiblemente nada. No había métodos posibles para aquello y debido al conjunto de lo ya mencionado, sucedió lo peor. El colapso mental llegó sin avisar y trajo consigo al olvido, ese que tantas veces había opacado los sueños de muchas otras. Miles de aspiraciones que se vieron disipadas tiempo atrás, formarían parte de su nuevo ambiente. Ahora pasaría a ser una más, una del montón, una que tal vez podría haber cambiado el mundo, pero que por no tener el espacio suficiente, terminó por expirar y desvanecerse de la mente.