Hermano:

¿Acaso insinúas que no he visto la belleza de este mundo que no me quiere? ¿Acaso crees que no he llorado, ni temblado, ni rogado por una mujer? ¿Por una mirada?

Cuan equivocado estas en todas tus palabras. ¿En serio crees que será la última? ¿La más bella y hermosa? (Valga la redundancia) Los sueños cambian. Como también lo hacemos nosotros. Ya llegará el día (O la noche) en la que te encuentres cara a cara con tu verdadero yo en forma de mujer. Será entonces cuando olvides el orgullo, el miedo, el rencor… Será entonces cuando un nuevo amanecer aparezca en tu vida con lágrimas en la cara. “El omnipresente no juega al póquer, escribe: La tierra tendrá su ofrenda. Con mis condolencias.” Tus palabras te traicionan, hermano. Como también lo hace tu mente. Ella nunca fue tuya ni lo será jamás. El amor no se posee. El amor se siente y la mayoría de las veces se padece.

El mundo, como cuentas, si está lleno de quimeras y utopías no sería mundo donde pudiéramos habitar. El hombre necesita desgracias. El hombre necesita, por naturaleza, sentir dolor. Además, es mejor así, si no existiera dolor tampoco existiría felicidad. Esa es la verdadera y única utopía: Intentar ser felices sin sentir dolor. Nunca.

Hermano, no quiero que vengas llorando como un crío para que el viento seque tus lágrimas estériles. No. En vez de eso lucha sonriendo con lágrimas en tu rostro. Inténtalo. Cautiva. No hay Dios hay arriba (Ni siquiera ese por el que tanto brindamos). No estamos amparados por fuerzas místicas ni por divinidades incorpóreas en forma de viento. Así que: ¿Por qué llorar si no existe destino alguno? Vamos. No seas ingenuo y dale de una vez una patada a todo lo que crees saber por que lo has leído o te lo han hecho estudiar.

“No creáis en nada simplemente porque lo diga la tradición, ni
siquiera aunque muchas generaciones de personas nacidas
en muchos lugares hayan creído en ello durante muchos siglos.
No creáis en nada por el simple hecho de que muchos lo
Crean o finjan que lo creen. No creáis en nada sólo porque así
Lo hayan creído los sabios de otras épocas. No creáis en lo que vuestra propia imaginación os propone cayendo en la trampa
de pensar que Dios os inspira. No creáis en lo que dicen las
sagradas escrituras sólo porque ellas lo digan. No creáis a los sacerdotes ni a ningún otro ser humano. Creed únicamente en
lo que vosotros mismo habéis experimentado, verificado y
aceptado después de someterlo al dictamen de la razón y a la
voz de la conciencia”
BUDA

Es a ti, hermano, al que has de escuchar. Habla con tu dios si te apetece, pero hazlo bien. Háblale a tu pecho. Mira a ese dios cara a cara y dile que tú eres el que inventa las reglas. Que eres libre. Entonces comprenderás que todo, absolutamente todo, está a tu alcance. Lucha por eso tan insignificante y grandioso a la vez para que sea tuyo. Lucha. Pero hazlo sin suplicar.


Tu hermano (Jamás mentor, tu vida es tuya)