VIAJEROS VI
Viajero que lees estas crónicas: las mismas han surgido de mi mente afiebrada. Llegan a mi cabeza como un recuerdo ensombrecido de épocas pasadas. Quien inicia un camino, no puede abandonarlo so pena de perderse a si mismo entre laberintos mas oscuros aún que las arenas de las noches desérticas. Yo mismo, escribo estas líneas en la apenas penumbra que me queda entre dos sueños terribles, que casi son pesadillas. No lo son porque de tan repetidas son casi esperadas, casi sueños, casi muertes, casi renacer.
Viajero que lees: nunca dejes de soñar, aunque el dolor te atraviese y lacere. Aunque llegues a creer que tus sueños son esas pesadillas que los dioses rechazan. No dejes de vivir tu sueño cada noche, y cada amanecer, cuando mires el sol de frente, verás que el mundo es nuevo, apenas creado. Los dioses trabajan durante tu dormir para que tu peor pesadilla, sea tu vida cotidiana.
Viajero: no creas todo lo que digo. Ponte en marcha. Pero antes de hacerlo: piensa. El camino es solo para pocos. Para los que como tu, dudan en la noche, se desesperan y no cejan en la búsqueda de Lo Eterno. El camino muchas veces se disfraza para los desprevenidos. Muchas veces crea un camino alternativo para los que no tendrán valor para seguir el Verdadero Camino. Es posible, que tu mismo, de a ratos, necesites un camino pleno de flores y frutos jugosos que llenen tu boca de un placer mundano. Es posible que necesites por un momento el opio adormecedor que todo lo esfuma y transforma. Pero debes tener presente que es solo un breve momento de inconciencia y al culminar debes volver. Nadie te ha impuesto que sigas el camino. El camino mismo se impone, entre paradojas, promesas y falsas profecías de sanación. Solo después de haber seguido el camino comienzas a pensar en el porque del viaje.
Viajero: no voy a mentirte. El camino no es fácil, te hipnotiza y te absorbe. Te da de beber y te ofrece sequías interminables, muro de lamentos, murallas divisorias, masacres del espíritu. Solo después de eso aparece la paz y el consuelo. La unidad en el vacío. La nada que gratifica.
Viajero: buen viaje.
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