Si en cada esquina por la que paso
veo un niño tragando pegamento
me acordaré de tí porque fueron
tus besos igual de venenosos,
ayer me crucé con la muerte
yendo de camino al puente
donde solías decirme
que nunca dejarías de quererme.
Ella me miró desapercibida
después de verla todas son distintas,
sigo escribiendo para sentir viva
la llama que siento
cuando te veo...
Llama de odio porsupuesto.
Y pasé de tus sueños y tus
varios bacanales,
ya que parecías a una
de esas chicas de postales.



A mis enemigas