Natalio Pérez es un excelente hijo, fue un gran alumno y el cree ser una parte importante en el desarrollo de la vida, ya que su obvie por ayudar a los demás se convirtió poquito a poco en la razón de su vida.
Natalio solamente ayuda, con eso es feliz: Ayuda a su madre a cocinar, a limpiar la casa, a su padre lo ayuda con el trabajo y a su hermano con las tareas del colegio, también es infalible a la hora de ayudar a la viejita de enfrente a cruzar la calle.
Como ya dijimos el señor Pérez ayuda, toda su vida estuvo dedicada a las exigencias de los demás, tanto es así que Natalio Pérez era una de las personas más popular del pueblo.
Natalio estaba tan acostumbrado a esta vida que según el día tenía recorridos programados para ayudar a la gente; su ultima vuelta fue un lunes, y como todos los lunes le compro el diario a ese quiosquero con problemas económicos, traslado a un muchacho en silla de ruedas, y ayudó a una prestigiosa dama a cambiar la rueda pinchada de su auto. Cuando casi llegaba al final de su recorrido fue atropellado por un inoportuno auto que cruzó en rojo el semáforo de la avenida. Natalio Pérez intentó pararse, no pudo, las heridas eran muy graves; también intentó pedir ayuda pero no pudo, todavía podía hablar, pero no supo como pedirla, no era capaz de pedir lo que había entregado toda su vida; el auto que lo atropello no freno, un grupo de personas lo vio todo pero no lo ayudo, todos coincidieron en que en cualquier momento aparecería Natalio y se haría cargo de la situación.
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