Adrenalina, gente entregada, música en estado puro, era la hora del show, la hora del rock and roll, nervios, introducción y un telón; puerta de los sueños, que comienza a abrirse, hambiente rojo, Malena entre mis brazos, sintiendo mis caricias, mi histeria, mis nervios, mi inseguridad, un roce, una carantoña antes del comienzo, una mirada a los ojos sin apartar la vista de la oscuridad de un fondo lleno de miradas clavadas en ella.
Malena corre, yo la acompaño, Carlos fluye en el ambiente como un soldado en una guerra que sabe ganada, haciendo sentir a esas miradas clavadas todo aquello que quisimos explicar tantas veces y no pudimos y Malena le acompaña, llena de vida, vacía de maldad, notas en un ambiente con el que aun puedo soñar y en el que me veo como un mero espectador de la grandeza de sus curvas, al fin y al cavo dicen que ella soy yo... La pequeña Malena, frente a ella, entregándole el secreto que nadie mas que nosotros dos sabemos. |