UNA PINCELADA.

Tarde de semana
en medio de la turba citadina,
ansias, anhelos....
Un encuentro casi imaginado
de la manera mas fortuita.

Tarde de semana
cuando tu llegaste a mi,
cuando yo llegue a ti,
cuando sin mas preambulos de antemano
tome tus manos
y bese tus labios de tenue carmesi.

No se cuanto tiempo habia pasado,
no se exactamente cuantas vidas
se habian disipado,
pero llego un instante
bastante claro
en que estabas envuelta entre mis brazos
y susurraba a tu oido los secretos mas paganos.

Yo...

Yo siempre fui un ladron a la espera
de un mendrugo de amor y de pasion,
un bandido envuelto entre las palabras
que de su alma se creaban
para el contexto
de su mas grande ilusion,
un ladron empedernido
con el romanticismo de una ardiente inspiracion.

Y tu...

Tu....
Una diosa encarnada en cuerpo de mujer,
una orfebre, creadora....
Artesana de ensueños remendados
de aquellos viejos retazos que nadie habia querido de ti recojer.

Una artista que pintaba con aromas
extraidos de sus mas grandes esperanzas,
y en mi dejaste para siempre grabada
una pincelada con aroma a durazno
y a tierra mojada.

Y pintaste sobre el lienzo de mis sentidos
un panorama distinto a lo jamas experimentado,
fui modelo y resultado,
y tu magistralmente la artifice
de unos instantes de gloria matizados.

Trazos imponentes
para alguien que se dice incompleta,
que a veces mira dentro de si misma
sin saber por que no se encuentra
pero que sabe llenar los espacios
inmortales de quienes en su alma se reflejan.

Una pincelada con aroma a Durazno
para matizar esta pasion,
pero no te diste cuenta
que tambien retrataste
lo mas intimo de este despedazado corazon.

ANDRES MANRIQUEZ VARGAS.