Ayer estuve toda la tarde mirando el cielo, estaba despejado, pero las pocas nubes que alcancé a divisar me trajeron mil recuerdos. Acostada en el pasto empecé a contar las hojas caídas, mientras una dulce voz revivía mi perdida y extinta vida.

Es otoño , la época mas linda de recorrer, para caminar sin cansarse, que el sol no te queme ni te desespere de calor y la fría lluvia no impida acostarse en el suelo para apreciar el tibio día y las hojas que se quiebran como mis manos cuando te tocan y desean ser una dulce melodía.

Siempre cierro los ojos para disfrutar mejor el paisaje con una buena compañía, sin duda es mejor lo que veo afuera que lo que veo en la oscuridad de mi entorno, pero así puedo concentrarme en escuchar tus palabras, palabras tal vez que no son sinceras pero que alimentan aquel vacío que desde hace un tiempo me hiere y me deja tirada en mi ausencia tardía.

La nostalgia de noche me abraza, duermo entre sus brazos y mis sueños parecen ser mejores que mi realidad, prefiero dormir todo cuanto pueda que despertar, levantarme, parecer humana y vestirme de felicidad enmascarada para salir y fingir que todo va bien.

Trato de cambiar todos los días detalles, no ser la misma que ayer canceló sus ganas de vivir, no ser la que teje melancolías infinitas con sus dedos pulcros y desteñidas pestañas ya de tanto llanto.

Oigo, siento, miro, huelo, presiento, finjo, pienso, me demoro en reaccionar, me canso de respirar, me aburro de la felicidad ajena, siempre terminan pudriéndose y dándose cuenta que nunca fueron felices sino solo en su infancia. Ser adultos, la peor de las penas, trabajar, sustentarse solos, enamorarse, creer que se enamoran, matar el amor, desenamorarse, sepultar recuerdos y no acordarse a quien amaron hace unos meses ni de quien fueron testigos aquellos besos y caricias que dieron por sentirse queridos, conocer la soledad a la que todavía no nos acostumbramos, siempre estaremos solos, las personas son pasajeras, las parejas se quiebran tan fácilmente como un vaso trizado, solo basta un disgusto para mandar todo a la mierda y no mirar a quien dañas, no mirar atrás y no ver a quien dejaste sufriendo por tu maldad que desde siempre planeaste. ¿Somos felices ahora? ¿Es lo que siempre quisimos? ¿Es así como pasaremos el resto de los días que quedan? Imaginamos tener poder, hacernos ricos, vivir en una familia perfecta? Todo lo que nos rodea es oscuridad, vemos un lucero y ya creemos que compramos el cielo, una sonrisa sin duda nos alimenta, pero esa sonrisa podrá ser eterna para hacernos felices para siempre?

Me muerden los deseos, caigo en abismos equivocados buscando un lugar donde sentirme completa, me enredo, siempre me enredo, entro en un paraíso y se vuelve el mismo infierno y es tarde para arrepentirse, para salir de las llamas y las cicatrices son cada vez mas profundas, hieren, pero ya no sé qué es el dolor, sigo caminando en el fuego, sigo sin poder nadar, nunca aprendí a sentir el agua en mi cuerpo corriendo torrentosa , con la fuerza monstruosa, que prefieres tu ¿ahogarte o quemarte? Asfixiarte con el humo mientras quedas inconsciente o luchar pataleando hasta llenar tu cuerpo del liquido que no es sangre?, tal vez la muerte sea similar siempre, ahorcarte, ahogarte, vaciar tus venas, cortar tu piel, destrozar tu cabeza, atravesarla con balas, quien sabe, tal vez no es el mismo dolor, pero que más da si el final es igual , dejar de sentir, dejar personas atrás, los recuerdos se esfuman y se pierde en la historia un relato mas de vida.