Tiraré los dados atemporales del destino y jugaré sin vosotros. Pues voy a perseguiros oculto en las sombras más frías para conocer vuestras trampas, y así, cuando os rete, podré machacaros a mi antojo.

¿Por qué? Por que hace tiempo que juego también con mi musa y todo indica que seré el perdedor. Así que necesito alimentar mi “Súper-ego” con vosotros.

Quizás pierda la partida que os rete, pero no olvidéis retiraos a tiempo pues en la siguiente venceré y entraré en la oscuridad para correr sin tapujos… Pues libertad es lo que quiero.

Pensad bien vuestro próximo movimiento pues puede ser el último.

Os acercáis más a la muerte.

Atenta, siempre atenta está la dama de las sombras y yo pude vencerla sin jugar siquiera con ella. ¿Secretos? Un par de ases en la manga de mi vida. Uno de ellos es no tener miedo a la muerte, si no a la vida y el otro, no estar vivo. No como todo el mundo cree estarlo. Estar vivo no es amar, como mucha gente piensa, no. Estar vivo es sentir dolor por no poder amar, estar vivo es sentir como el viento acaricia tu rostro y te seca lagrimas estériles. Estar vivo significa no ser una marioneta del destino, o serlo, pero con la capacidad de elegir si cortar los hilos que te mueven o dejarlos como están.

Estar vivo significa que, aunque mueras, permanezcas en la mente de los que se quedan pues lo último no es la muerte, si no el olvido. Estar vivo significa poder barrer tus propias cenizas cuando finjas tu incineración. Estar muerto no es nada, es peor seguir viviendo… Pero no adelantemos acontecimientos. Todo llega.