Este no es un domingo cualquiera, no señores y señoras, nada más y nada menos que el primero de mayo, fiesta del trabajo, a lo que se le suma el día de la madre, la que nos parió, la de cada uno, es decir que la que sea madre y trabajadora tiene doble festividad.
Se supone que es un domingo reivindicativo en el que los sufridos trabajadores exigen sus derechos y denuncian los abusos a los que se ven sometidos. La verdad es que poco a poco a ido perdiendo fuerza, ya a penas se canta la internacional, las manifestaciones son escasas y con poca afluencia, seguramente porque los que la encabezan, los líderes sindicales gordos como obispos, dejan poco sitio a los demás. El sistema está bien armado y se dan por conseguidos derechos que ni de lejos se han alcanzado, fíjense que por estos lares se está pidiendo la semana de 35 horas, como chiste no está nada mal, quitando funcionarios y grandes empresas el resto estamos todavía por encima de las 40, manda huevos...
Y que me dicen de la seguridad en el trabajo, la siniestralidad sigue subiendo, ahora eso si la ley es de puta madre y algunos se han hecho de oro montando empresas que supervisan las medidas de prevención de riesgos laborales, llega un tipo se da una vuelta, se le firma un papelito y a cobrar...
Y que me estoy acordando ahora de la economía sumergida, tan denostada y perseguida, piden a las pequeñas empresas que aseguren a sus empleados pero no se les ocurre bajar los prohibitivos seguros sociales para que puedan hacerlo.
Aquí lo importante es ganar dinero, como sea y que luego nos vendan la película desde el gobierno y desde las centrales sindicales, que primero se dicen de todo y luego se toman la cerveza en el bar de la esquina, partida de cabrones...
Ya no convence el cuento del burgués malévolo y explotador, que se vayan enterando, los tiempos han cambiado, me gustaría saber donde viven y que automóvil conducen los principales dirigentes de los dos sindicatos más fuertes de mi país(o del suyo), han conseguido lo que querían, han hecho añicos la conciencia de clases, ahora se admira al hijo de puta que se hace rico rápido y pisando al prójimo y queremos ser todos como ese, o casi todos. Nos ponen esas pequeñas migajas, las suficientes para estar contento, mucha televisión, mucho fútbol, todo con su buena dosis de idiotez para idiotizar y así no se elevan las voces, para qué, si estamos todos contentos...
La vivienda ha subido tanto que casi es imposible comprarse una, ¡ no pasa nada, oiga usted, le ponemos la hipoteca a 50 años! “ pero es que tengo 34 años...” ¡ no pasa nada, oiga usted, que ya nos beneficiaremos a su viuda!
Y así está montado el circo, con sus leones y sus cristianos, la verdad es que todo esto suena a pura demagogia, pues si y qué, o es que van a ser solo ellos la que hagan.
Se me olvidaba felicitar a mi madre, ¡felicidades seis veces!(una por parto joé)
Luis Barrasa Martínez(Barrasus) Sevilla 1 de mayo de 2005
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