| Llego con el corazón acongojado no puedo retener esta agonía;
 a veces me consume la nostalgia
 en mis interminables noches de melancolía.
 
 Quisiera decirte tantas cosas,
 la verdad es que la vida entera
 me pasaría plasmando en versos
 la dulzura predilecta de tu alma.
 
 En tu refugio santo se tejen ilusiones,
 ilusiones que bajo tu cariño se vuelven realidades,
 en tu refugio santo se teje valentía,
 una valentía que me permita seguir viviendo.
 
 Eres sinónimo de felicidad,
 eres sinónimo de mundo,
 eres sinónimo de todo,
 madre eres sinónimo de vida.
 
 Abnegada madre cuando la distancia nos separe,
 tan solo espero…,
 que escuches mi sonrisa,
 que la brisa cálida de mis sentidos
 te haga delirar de alegría;
 que mis sueños de fortaleza
 te permita descubrir la dulzura
 en las noches de tempestuoso encanto,
 que este amor eterno, este amor de hija,
 este amor que siento;
 ni siquiera la invencible barrera del destino te lo arrebate.
 
 Abnegada madre cuando la distancia nos separe,
 tan solo espero…,
 sentir tu arrullo en mis horas de dolor,
 que tu consuelo me abrigue de esperanza,
 que los recuerdos, nuestros recuerdos,
 te hagan revivir de emoción.
 
 Amada madre suplicante le pido al destino
 que no me arrebate tu presencia,
 porque he sentido perderte y no pude soportarlo,
 porque he sentido tu ausencia y no supe calmar ese dolor.
 
 Madre cuando la angustia
 invade los instantes de la anhelada quimera
 quiero tenerte aquí, aquí conmigo
 aquí, con tus espirituales caricias
 aquí, con el fulgor de tu mirada
 aquí, con la belleza del alma
 que tan solo una madre,
 una madre ejemplar como tu lo posee.
 
 Bajo el imponente firmamento,
 espero que puedas escuchar mi confesión;
 con la brillantez ideal de las estrellas
 he podido pintar de encanto mi alma,
 permíteme que este contagioso semblante
 te llene de alegría , de esperanza y de perdón.
 
 Madre, cuando la distancia nos separe
 no seré yo quien le pida suplicante al Todopoderoso
 que se lo impida al destino,
 no, no seré yo, será mi alma,
 será mi cuerpo, será mi vida misma
 la que un dolor profundo
 no podrá resignarse a tu partida…
 
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