Mi nombre
visita tu océano,
oscilando
entre recuerdos.


Ayer
conjugamos las flores

equidistantes,

creando mundos
paralelos,
bailando al compás

de los astros,

testigos
de nuestro anhelo,
plasmado lejos

del universo.


Tu piel,
bañada por un extraño mar
de suspiros,
viste mi oscuridad.


¡Qué noches!
¡Qué pasión!,

surcando emjambres
ataviados por la armonía

del tiempo
sin comienzo

ni
fin.


Vientos
me azotan.

Puntos cardinales
me llevan
a tus pies;

revuelo de sombras.


Mudo abismo.

Silencio,
anestesiando
mi fúnebre
ilusión.