CONCÉDEME UN MINUTO
Hoy me he dado cuenta de tantas cosas...
¿Me concedes un minuto?
Es lo que intentaré tardar en contártelas.
Como cada mañana me he levantado,
y he mirado el vacío que dejaste en mi cama,
¿Sabes?
Hasta hoy no me había dolido observarlo...
Tengo muchas cosas que decirte,
pero no las creerías...
de todos modos permíteme que te las cuente.
Esta noche he soñado conntigo y,
por muy extraño que parezca,
seguías siendo el mismo...
quizás hasta mi sueño tenga razón
y sea yo la que cambió.
Pero hoy...
hoy me he dado cuenta de tantas cosas...
me falta valor para contártelas,
pero tengo que sacarlas de mi interior,
pues dicen que no es bueno guardar un sentimiento...
Tal vez te parezca absurdo todo esto,
e incluso no quieras escucharme,
pero no me importa,
sé que al final me concederás un último minuto...
Me cuesta reconocerlo, pero sí,
siento envidia de todos esos modelos
que te rodean desde que te marchaste.
Siento envidia de sus ojos, sus manos,
su piel y sus labios...
Pues se que ahora todo tu cuerpo pertenece a ellos...
Pasas por mi lado y haces por no verme,
¿sabes? Yo hago lo imposible por rozar tu sombra...
sé que es una locura, sé que no me crees...
pero permíteme que termine.
Echo de menos tu mirada,
tu tacto y tu voz cada noche,
amándome, buscándome, necesitándome...
Desearía sentir de nuevo tus ojos sobre mí;
tu piel sobre la mía; tus manos;
tus ganas locas de llevarme directa a la locura...
Hoy, precisamente hoy, siento que te extraño...
Añoro tus palabras pidiéndome volver,
Añoro tus caricias envolviéndome en tu piel,
Añoro tus te quiero, tus lágrimas de niño enamorado...
Pero sobre todo añoro nuestra vida juntos.
Cuando no existía el tiempo...
Ni los rencores.
Ni los celos.
Ni este dolor al saber que jamás volverás a mi lado...
Te quiero.
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