Hoy comienzo a escribir desde otro lado de mi alma.
Hoy, que recuerdo lo que hice ayer sin saber lo que hacía.
Como nunca antes quise (por lo que yo llamo una "enfermedad moderna") anoche apagué mi teléfono porque no quería recibir preguntas, ni quería que nadie me hablara. Fue por un colapso mental. Algo mucho mas grande que yo; me superó hasta el desmayo.
Y ahí estaba mi amada con su amado, en el mismo bar, mismo lugar y mismos tragos que yo. Con la misma boca que había besado esa tarde, con la misma amalgama que forma su entereza. Y yo decidí, ante tal puñetazo en el pecho, apagar mi teléfono. Tampoco dormí en casa, fui donde el único personaje que me prestaría una cama sin mediar cuestionamientos ni preguntarse el mismo si quiera porqué a las 2 de la madrugada aparecia en su casa, al otro lado de la cuidad, medio borracho, completamente desgajado e irónicamente enamorado.
Hoy, que comienzo a escribir desde el otro lado de mi alma, siento como mis pálpitos se hacen líquidos, siento como mi estupidez enamorada hizo que todo el mundo, al creer quiza que estaba hasta muerto, estuviesen buscandome como locos.
Ayer, estaba muerto. |