Respuesta a la “condena al tiempo” por “anémona”
Oh hermosa anémona, cara a Poseidón, el que bate la tierra, porque me llevas a juzgado, y no me das derecho de apelar. A mí, que nunca me he atrevido a interferir en la vida de los mortales, todos. Y solo he hecho porque algún dios me lo pidiera con adulante suplica.
Sr. Juez, le pido que no me juzgué, ya que no es a mí al que deben de condenar, las parcas y el hado funesto vienen a mí, para decirme a que mortal es al que le debo de quitar el tiempo, terminando así su historia y su vida.
Es cierto que soy malicioso, con mi apariencia inofensiva, pero mezquino e insolente, eso no, porque siempre he escuchado a los mortales, todos; angustiados, que dedicándome una hecatombe perfecta, me piden mas tiempo, aun con la poca esperanza que les queda. Para que la muerte, la que no respeta edad, no cubra sus ojos o los de sus familiares, de una oscuridad infinita, a esos mortales, son a los que les ayudo.
Y otra cosa he de decir Sr. Juez, que la hermosa anémona, la bella flor de mar, no debe de acongojarse, porque la muerte y el dios del destino, le hayan causado mal alguno. Ya que es querida por poseidon y protegido por océano mí hermano.
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