Marcos introduce una moneda de 500 en su refrigerador AdSponsors, que una vez verificado el valor de la moneda abre sus puertas para que pueda sacar la caja de leche y una rebanada de pizza de la noche anterior. Baja al garaje donde están todas sus herramientas de trabajo y Kim 501, su pequeño robot asistente.

En cuanto enciende la luz aparecen anuncios publicitarios en sus paredes, de crema para manos, condones, tenias inteligentes y chocolates nutritivos, no siempre en ese orden. Se sienta en su sofá, a comer su pizza mientras Leida llega a trabajar. Está aburrido de la casa “gratuita” en la que tiene que vivir, con sus patrocinios constantes, sus electrodomésticos de monedas y el robot biblioadicto.

Se deja llevar un rato por los sueños y recuerda los días en que su padre le llevaba juguetes que no eran patrocinados por Coca-Cola, del osito de peluche, de la comida fresca y de la sonrisa tranquila de su padre. Realmente lo extrañaba, a pesar de saber que era solo un hombre aburrido con una droguería que se levantaba temprano a hacerle desayuno y que regresaba hasta la noche.

Finalmente sonó el timbre, seguido de un anuncio sobre toallas higiénicas. Era Leida y traía las tarjetas. Su mamá llegó antes a la puerta y les hizo tinto para que desayunaran como los ejecutivos que pronto serían.

Siempre dices eso, mamá. Hasta ahora solo tenemos las tarjetas de presentación y el prototipo, puede pasar mucho tiempo antes de que nos ofrezcan un trabajo, todavía no podemos pagar a un asistente que no sea ese robot, al que a propósito, no le deberías poner aceite natural, lo acostumbras a mal. Creo que me roba hardware.

Deja la desconfianza, es solo un inocente robot.

Te digo que debe ser coreano, lo he visto leer los libros de mi papá cuando está solo en la noche.

Las tarjetas se ven bien, cualquiera diría que somos una compañía importante y no que trabajamos en un garaje.

Tienes razón Leida, son muy buenas, ¿tienes alguna noticia de las programadoras?

Malas noticias hasta ahora, el horario de las mañanas está reservado por un año y en ninguna están contratando nuevo personal, ni siquiera para incluirlo como extra. Parece que tiene que pasar algo más de tiempo antes de tener a nuestro títere trabajando en la televisión o video. ¿Has hecho algún otro modelo?

No, pero programé a Marcos 2 para tocar piano.

Marcos 2 era el títere que habían hecho primero, era un doble de tamaño real, con una apariencia bastante cercana a la de Marcos, programado para caminar como él y decir algunas frases graciosas si alguien le hacía preguntas. Le llamaban títere porque carecía de las capacidades de una inteligencia artificial, hacía solo aquello que era programado que hiciera en paralelo e imitar movimientos.

En ese momento sonó el teléfono, Aleida y Marcos corrieron hasta el garaje, donde los nuevos anuncios los recibían. No encontraban monedas en ninguna parte para pagarle al teléfono, en medio de la desesperación trataron de violar la seguridad del teléfono, pero la madre de Marcos contestó en la sala.

Leida, es para ti, dice que llama de parte de Henry.

Henry era un amigo de Leida que trabajaba en el Ministerio Central de Educación Innovadora, uno de esos ministerios recién formados que roban algo de dinero del estado durante un período presidencial para después desaparecer y ser reemplazados por otro ministerio de nombre gracioso apenas se posesiona el siguiente presidente.

Él nos prometió un trabajo con la televisión pública, es mejor que nada.

La televisión pública es una farsa, la señal ni siquiera llega a todo el país.

No molestes. ¿Aló? ¿Llama de la Dirección de Televisión Pública?¿No?¿Entonces de qué programadora llama?¿Ninguna? Veo, si quiere concertamos una cita y nos explica en detalle lo que desea que hagamos. Si le parece bien este... Jueves, ¿de inmediato? Sí claro que podemos.

Leida colgó y de inmediato comenzó a saltar.

¡TENEMOS TRABAJO! Tenemos que irnos para el Ministerio de Información Al Televidente, tenemos la presentación en una hora. Lleva los dos modelos y un control.

Vístete bien, con corbata. A partir de hoy somos ejecutivos.