UNA NOCHE DE BRUJAS…
Luis Antonio Rodriguez Torselli
Un 31 de octubre – noche de brujas- hace unos veinte años, una pareja de novios que empezaban su relación como tales, pues apenas el 19 se habían conformado como pareja, se lograban ver “a escondidas” de los padres de ella pues aún cuando conocían al muchacho, no sabían o no querían percatarse, que ellos se gustaban y de hecho, ya eran novios.
Ese 31 de octubre, a la muchacha la invitaron a una fiesta de disfraces, alusivos a la fecha. Consiguió el permiso incluyendo la autorización para quedarse a dormir en la casa de la amiga.
Ella se puso un traje negro de su padre como para simular un drácula o algo así. Él, como venía del trabajo, iba con su traje de saco y corbata, como usualmente se presentaba a trabajar.
Una vez en la fiesta, ella parecía un trompo para bailar y él, casi un palo, pero no fue óbice para que ella le dijera que se salieran y fueran a tomar un café. Sólo le dijo a su amiga algo así: “te recomiendo cualquier cosa”.
Ya fuera, abordaron el auto de él y se fueron a una cafetería llamada “la cañada” que prestaba servicio en el vehículo. Pidieron un café y un emparedado y lo consumieron.
Como el lugar, era bastante solitario y cada carro estaba resguardado de las miradas indiscretas, ellos se dieron un beso y tras ese: otro y otro. Cada otro, más apasionado que el anterior.
El, inició a acariciar el torso de ella y fue así como dejó al descubierto unos senos ni pequeños ni excesivamente grandes. Por la penumbra reinante, no pudo verlos, pero si sentirlos con su mano y enseguida con sus labios acarició unos pezoncitos muy delicados. Estos al sentir la caricia de los labios y la lengua de él, se pusieron turgentes y permitieron que se les agasajara.
Ella, cuando percibía esos besos sintió cada vez más una agitación en todo su cuerpo, y fue así que la mano trémula de él, empezó a deslizarse por el muslo de ella cada vez más arriba de su pierna, hasta llegar a un punto en donde percibió un estremecimiento por parte de ella. Fue así que él empezó un movimiento rotativo en ese lugar, al principio muy suavemente y cada vez imprimiendo un poco de mayor rotación y presión.
A los pocos minutos, ella estaba en un paroxismo frenético, un poco sudorosa y la respiración agitada con un orgasmo muy fuerte. En ese momento, le imprimió a los labios de él un beso sumamente apasionado. Él esperó unos instantes e inició nuevamente esos movimientos a los que ella respondió con más efusión, por lo que a los pocos segundos ella tuvo otro orgasmo, esta vez, relampagueante.
Después de eso, ella arregló su vestimenta, se llamó al empleado quien recogió las tazas y los platillos y, así, ellos se retiraron.
Al pasar por unas vitrinas de un almacén en la Avenida “La Reforma”, fueron a verlas y una vez allí, se dieron un beso muy fuerte y sumamente apasionado. Él, le preguntó que pensaría la gente que pasaba pues el con su traje y ella vestida también con uno de hombre, pensarían que eran dos hombres besándose en forma descarada. La risa no se hizo esperar y así se regresaron a la fiesta, pero como ya era un poco tarde, él se retiró.
Fue el inicio de un noviazgo que fructificó muy rápidamente pues en unos cuantos días ya se hizo del conocimiento de los padres de ella la relación que sostenían y en unos cuantos meses esa pareja contrajo matrimonio y después de esos veinte años tienen dos hijas.
No hay duda que la vida depara cosas insospechadas e insospechables y pasados esos veinte años, aunque la juventud poco a poco se va retirando de ellos, él, ayer, la vio con un pijama rojo muy sensual, al extremo que le hizo rememorar aquella noche y ahora espera con un ansia muy especial que ella, un día de estos, le dé la sorpresa de recibirlo con esa prenda, que lo más probable es que se tarde más en ponérsela que él en quitársela y que en esta oportunidad ya sin aquella penumbra reinante, pueda admirar su cuerpo en toda su plenitud, acariciar y besar sus pechos y así iniciar ese movimiento que en pocos instantes le producirán unos frenéticos orgasmos, igual o más fuertes que aquella noche de brujas.
Nueva Guatemala de la Asunción, 19 de noviembre de 2004
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