En la República Independiente de Nada, flameaba su pabellón mecido por las brisas de Nada, mientras en el parlamento se discutían la Leyes de la Nada y nada se oía, lo que era bueno para los aspirantes a ser Nada, principal partido político de la república de Nada. Los políticos de Nada conversaban, estudiaban la nada y nada descubrían, lo que daba tema para polémicos debates que a nada conducían, lo que tampoco era malo ya que la Nada era prioritaria sobre todos los demás temas. La gente de Nada discutía de nada y nada conseguían y todo lo que tenían en sus manos era la nada y en este punto alguien ya debe estar aburrido por nada, ya que la iteración de la nada da como resultado un atosigamiento de nada y en Nada, la nada abundaba, especialmente en la cabeza de los necios que nada hacían por sacudírsela y la nada sobreabundaba especialmente en la boca de los discursivos que sólo hablaban de nada y nada más que de nada.
En el país de Todo, la bandera de Todo flameaba sobre todo y era posible que todo fuera importante en Todo y todo ciudadano lo dejaba todo por Todo y todo era poco puesto que todo ser que habitara Todo sabía que en todo aspecto, lo primordial era ser consecuente con todo. Y como no todo hombre nacido en Todo lo tenía todo, luchaba por todo aquello que le parecía importante, Todo era la suma de todos los esfuerzos de los habitantes de Todo que todo lo sabían y todo lo atesoraban porque Todo era para ellos todo.
Todo le declaró la Guerra a Nada y como lo tenía todo para ganarle a Nada, alistó todo su armamento. Pero Nada, sabedora de que nada importaba más que Nada, preparó a sus guerreros, quienes marcharon orgullosos con el pabellón de Nada flameando al compás de los vientos de Nada. El himno nacional de Nada, inflamó los pechos orgullosos de sus soldados que por Nada darían hasta su última gota de sangre y por Nada morirían si era preciso.
Todo y Nada trenzados en una guerra encarnizada en la que Nada a veces lograba avances y Todo lo abortaba con sus contragolpes pero Nada les importaba a sus soldados más que su propia existencia y los soldados de Todo, lo dejaban todo por su patria ya que para ellos eso era todo.
Después de variadas escaramuzas Todo ingresó a Nada por el extremo Sur y se posesionó de vastas extensiones de territorio de Nada, sembrando el pánico y la destrucción entre los habitantes de Nada. Todo pasó a ser Nada gracias a esa guerra que Todo comenzó y Nada perdió, aunque algunos soldados huyeron a Nunca, nación neutral que les ofreció su armamento y efectivos militares por lo que Nunca dejó de ser neutral para pasar a ser aliado de Nada.
Actualmente los guerreros de Nada en exilio preparan la ofensiva y nada les importa más que recuperar los territorios ocupados por Todo para que el pabellón de Nada vuelva a flamear sobre los cadáveres de los de Todo y Nada vuelva a ser la República Independiente que siempre se ha enorgullecido de ser y si lo consigue, será aliada de Nunca que prefirió ser consecuente con Nada en desmedro de Todo…
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