Te espero… la prudencia me impide adelantarme más de lo que ya lo he hecho, no puedo atreverme a reclamar más nada que tu respuesta, sabes lo que pasa dentro, y si acaso o no muevo un sólo hilo conductor, con eso sería suficiente. Mírame sin tenerme frente, a la distancia aún presente si depende ahora sólo de ti, ¿qué más puedo ofrecerte? ¿qué más puedo pedirte?
Aguardo en mi guarida, me retraigo del mundo en espera de una respuesta, de una salida. Permíteme acercarme, besar tus labios como respuesta dilatada y sácame el vacío que siento en el estomago, si hablando estoy contigo a la distancia. Vuélvete tangible nuevamente para mí, no te desvanezcas pasajera intrascendente, sólo te tengo a ti.
Pero ten mucho cuidado, no me tengas simpatía ni lastimera compasión, el daño de mi egoísmo aún no he enmendado y busco en ésta la ocasión, deja la ventana abierta para que entre mi nombre con el viento impulsado y llegue a tu corazón la respuesta que buscabas, toma mi invitación y cúbrela con tus manos.
Dime que sabes no te falseo y me mantengo a la espera, que te dedico cuanto de mi mente sale a transformarse en letras que persiguen tu respuesta, que bien lo has pensado y estas dispuesta a intentarlo esta vez a mi lado, ilusionado y necio enamorado, aún te espero. ¿Qué más puedo darte? ¿qué más puedo pedirte? |