Los canarios (entiéndase la referencia a las plúmiferas aves, no los habitantes de las islas, que también cantarán, digo yo, pero no es lo mismo, que encerrarlos en una jaula sería pelín cruel, amén de poco práctico, que estos no se conformarían con un puñado de alpiste) han desarrollado la facultad de cantar como forma de supervivencia.
Veamos, seamos sinceros: los canarios son unos bichos que tendrían las papeletas para diñarla rápidamente. Son pequeñajos, escuálidos, no vuelan ni alto ni rápido, no tienen mecanismos de defensa... Lo dicho: candidatos a palmarla ante cualquier otro bicho que se les presente.
Entonces... ¿cómo sobrevivir? Fácil: cantando. Sí, sí, cantando, habéis leido bien. Al cantar, se han ganado la simpatía de los humanos, que los cuidan, les dan agüita, les dan comidita, y un refugio donde vivir. Así, gracias al canto, sobreviven. Pero... ¿por qué cuando tapas la jaula dejan de cantar?
Obvio: porque son unos miserables mezquinos. En realidad, al canario se la suda la belleza de su canto. Es más, le parece una mariconada de tres pares de cojones y piensa que los humanos somos unos cursis más gilipollas que un helado de gelocatiles. Así que, cuando no les vemos, el canario se relaja, pierde su compostura tumbándose en el suelo de la jaula, eructa, se tira pedos, se rasca el sobaco, se busca mocos en los agujeros del pico, lee el Marca, se caga en la madre que parió al árbitro y cuenta chistes tan obscenos que harían sonrojar al marqués de Sade.
Lamento haberos mostrado la verdadera cara del canario. Pero no os sintáis tristes: saber es poder. Sólo mediante el conocimiento el hombre será libre. Al menos aprenderá a hacer sumas sin usar los dedos, que queda de tarado a partir de cierta edad. O no. ¡Qué se yo...! Me voy a leer el Marca. ¡Jodío árbitro cabrón...!
Moebiux
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Día 1
6:00 de la mañana. El piar de los canarios de mi vecino me despierta, me pongo tapones en los oídos.
9:00 de la mañana. Apagué el despertador sin darme cuenta. Si voy al curro llegaré tarde. Decido no ir, y me propongo iniciar un estudio exhaustivo, exacto y execrable sobre el tema “por qué los canarios no cantan cuando se les tapa la jaula”.
12:00. Me levanto de la cama.
Día 100.
Durante cien días, entre las13:00 y las 14:00 esta fue mi rutina. Me preparo el desayuno y destapo la jaula de mis pájaros. Se desperezan y me miran de soslayo, con cara de sueño. Aún no cantan. Les pongo comida, les limpio la jaula, los observo hasta que mis ojos arden por no parpadear, apunto cada uno de sus movimientos, los vuelvo a tapar, los destapo, luego voy al váter a cambiar el agua al canario, a mi canario...bueno, ya me entendéis, y mientras silbo pienso “ahora cambiaré el agua de los periquitos”.
14:01 Me doy cuenta de que el estudio era sobre canarios.
14:15. Bueno, Arquímedes no acertó lo de la gravedad a la primera, así que empiezo a espiar a mi vecino. Tiene cuatro jaulas pequeñas con canarios en su balcón, pían, cantan, chirrían. Alegran a todo el vecindario con su cantar, o mejor dicho, tocan los cojones desde las seis de la mañana.
15:00. El vecino coge dos jaulas y las lleva hacia el interior de su casa, me pongo las chanclas.
15:15. Por la mirilla veo que el vecino sale por la puerta con las dos jaulas. Una esta tapada con una tela a rayas verdes y blancas, der Beti. Otra rojiblanca, del Aleti. Le sigo sigilosamente, por la escalera, me ve una vecina en pelotas (yo estoy en pelotas, no la vecina), grita, vuelvo corriendo a mi casa, me pongo unas bermudas.
15:30.Sigo a mi vecino, pero el efecto sorpresa ya lo he perdido, claro. Llegamos al parque, donde se reúne una curiosa tribu urbana que lleva pequeñas jaulas, las cuelgan de una pared en un parque donde da el sol y se ponen a charlar de sus cosas. Al lado hay algunas personas que sí destapan las jaulas mostrando canarios que cantan muy bien, pero los que beben birras y fuman sin parar y cuentan chistes guarros con los que me descojono son los que no las destapan. Por el bien del estudio, decido quedarme con estos últimos.
00:00. Abordo el tema de mi estudio y mi vecino que aún está por aquí me desvela el secreto: los canarios tapados no cantan porque son daltónicos y las combinaciones de colores verde/blanco y rojo/blanco les producen cruces cerebrales que paralizan sus gargantas. Algunos curiosos se acercan, mi vecino mete la mano en sus jaulas, saca cosas y se las cambia a los curiosos por otras. No sé si les da alpiste, o huevos de canario; sea como sea eso es otra historia.
01:00. He decidido que mi próximo estudio será: “por qué los curiosos a veces gritan “agua, agua” y los dueños de pájaros silenciosos cogen sus jaulas y salen por piernas”.
Darken
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Porque uno no habla
cuando le cierran la vida.
Caparzo
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Yo preguntaría mejor: ¿A qué le cantarían los canarios si se les tapa la jaula?
- A la oscuridad (pero es un tema que da para muy pocas canciones)
- Suponiendo que los canarios oigan: al ruido.
Otra pregunta ¿a qué ruido?
Al de los coches, al de la maruja gritando Joooossssshuuuuuaaaaaaa, al de las taladradoras de las obras del edificio de enfrente. Pero he dicho "suponiendo que los canarios oigan" porque yo creo que los canarios no oyen, o no quieren oír, y le ponen la música que a ellos les gusta a lo que ven. Y siempre ven algo que les inspira una bonita canción. Ver no es como ir, si no quieres oir algo tienes que dejar de oír también el resto, pero si los canarios no quieren oír algo, simplemente miran hacia otro lado. Y así, le componen canciones a las flores, a los colores de la ropa tendida en la ventana de enfrente, aunque la vecina sea quizás un poco hortera, a los niños jugando en el parque, a la luz del sol; si está nublado, al cielo tan azul y a las nubes; y si son nubes de tormenta, al agua que cae y lo limpia todo.
Volvamos al principio, si se les tapa la jaula pueden cantarle a la oscuridad.
Lo que mejor le va a la oscuridad es el silencio.
JanselRene
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¿P or que? Los canarios dejan de cantar cuando se les tapa la jaula.
Yo e llegado a la siguiente conclusión: Esta bien claro, dejan de reírse de nosotros. Porque lo que entendemos por piar no es mas ni menos que burlas que nos hacen, y esta claro cuando nos dejan de ver dejan de reírse.
Todos creemos que viven encarcelados en su jaula y muchos hemos tenido la tentación de darles suelta. Pero nos equivocamos, comen sin trabajar, sin preocupaciones, desde que nacen están en una jaula. Por lo tanto no saben lo que es la libertad...Pero... querido lector yo y tu si que sabemos lo que es la libertad.
Así que nuestra jaula es mucho más grande pero..No deja de ser tal. Que te voy a contar. Obligaciones, familia, impuestos, hipotecas, nominas, multas, deudas y un largo etcétera, que no-cabria en esta pagina.
Y me pregunto: ¡ Quien me tapa mi jaula. Para dejar de piar !
Kasiquenoquiero
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Los canarios no son màs que miserables presos de sus dueños. Privados de su libertad "gritan" tan alto como pueden para recuperar lo que alguna vez perdieron. Sus canciones son tan solo lamentos ininteligibles para nosostros, relatos de sus tristezas y decepciones, el ruego de un ave por obtener de nuevo su bien màs querido y amado. Al abrir la jaula entonan sus quejidos en pro de una indulgencia, mas sin embargo, tan sòlo se topan con la sonrisa ridìcula de su carcelero. Al cerrarla retornan de nuevo a su cruda realidad: No hay forma de escapar, (hace bastante olvidaron còmo batir sus alas), su guardiàn nunca los recompensarà con su clemencia, su vida ya no es màs que su monòtona celda.
Betopin
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Mi canario Miles fue considerado un ejemplar de sumo respeto por los miembros de la “Asociación Canaria” y desde hace cuatro meses nos deleita con su delicioso trino. Le hemos puesto Miles por Miles Davis, y es un placer tenerlo en casa. Mariana, mi mujer y Clauio, nuestro hijo, están contentos con Miles. La jaula es grande, tiene un recipiente con agua y otro de semillas. Desde la ventana nos regala música y un movedizo amarillo digno de ver. De noche y para que la luz eléctrica no impida su delicado reposo, tapamos la jaula con un lindo telón oscuro.
-…Que no, Claudito, Miles no canta porque le tapamos la jaulita y se duerme…- Sucede que nuestro hijo está en una edad en que todo lo pregunta, y es una alegría que se distraiga con el canario, sobre todo teniendo en cuenta lo nociva que se ha vuelto la TV por estos tiempos.
-…Sí, amor, es curioso que Miles calle cuando le tapamos, pero ¿por qué no vamos a la cama que tengo un pajarito para meterte en la jaulita…?- Mi mujer es muy apasionada, y tanto es así que ahora presta mucha atención a Miles; lo hace porque teme por el confort del ave, y además porque sabe que Claudito se ha encariñado mucho con ella. Debo reconocer que el plumífero ha aportado mucho a mi familia yo, que nunca antes había tenido mascotas.
-…Mira, Claudio, Miles no canta con la jaula tapada porque está oscuro y cree que no estamos y entonces no tiene a quién cantarle ¿entiendes?...- Me agrada tener un hijo que se preocupe por su mascota, con tanta insensibilidad que hay en el mundo…
-…Querida ¿podrías tapar el pájaro que no escucho bien a Mozart?- Siempre fui amante de los delicados sonidos de la música, pero sucede que mi mujer es tan naturalista que a veces se niega a entender ese lenguaje tan artístico por observar al bicho ése.
-…Tienes razón, Claudio, Miles sabe que estamos aquí porque nos escucha, pero si le tapamos la jaula no canta porque no hay luz… No, hijo, tu padre no es un mentiroso, sucede que tiene mucho trabajo…- Disfruto que mi hijo sea tan ávido de conocimiento, es sólo que a veces me gustaría que le vaya mejor en álgebra.
En verdad es algo complicado mantener un pajarraco en una jaula, Mariana me hace limpiar la mugre cuando llego del trabajo y si me niego mi hijo dice que soy un cínico (¿de dónde habrá sacado esa palabra un niño de seis años?)…
-…Sí, hijo, un poco de luz entra, pero Miles no canta cuando le tapamos la jaula porque le cambia la temperatura y cree que viene el invierno que es una estación en la que no cantan los canarios.- En cierta manera mi hijo es medio hincha pelotas pero debe ser normal a su edad… Después de todo al único miembro de la “Asociación Canaria” que conozco es al que me vendió al maldito avechucho, mentiroso hijo de puta…
-…Está bien, Claudio, puede ser que la temperatura aumente al tapar la jaula, pero el pajarito no canta porque las condiciones normales de presión y temperatura sumadas al calor específico de la tela negra provocan un efecto invernadero que hacen bajar el ritmo cardíaco del animal hasta hacer que se distraiga en otra cosa más útil que andar jodiendo la vida de una familia normal…- (ahí tienes, pendejo insolente) mi hijo crece rápidamente, me pregunto si será tiempo de mostrarle la ley de la naturaleza, y traer un gato que acabe con este pájaro roñoso.
-¡…No digas eso, Mariana! Tu hijo me tiene harto con preguntas estúpidas de canarios de mierda… ¿Has pensado en educarlo mejor?...- Mi mujer me tiene podrido con el pájaro asqueroso, no puedo escuchar radio ni ver fútbol en paz.
-…Te diré la verdad, Claudito, el canario no canta cuando le tapamos la jaula porque es un bicho hijo de mil putas que para lo único que sirve es para cagar y joderle la vida a una familia, entonces al taparle la jaula ya sabe que tú vendrás con tus preguntas de mierda y tu madre me hinchará muchísimo las pelotas y yo acabaré por liberarlo en el bosque que es un lugar de mierda lleno de alimañas… espera, espera ¡no llores, maricón! Ni se te ocurra ir con el chisme a tu madre…- Creo que habría que demandar al estafador de la tienda de animales por mal parido, me pregunto a quién carajo se le puede ocurrir comerciar con este tipo de bestias.
He vuelto tarde, unas copitas de más pero ha sido un buen día ya que no tuve que escuchar pío pío ni responder preguntas estúpidas ni verle la cara de culo a mi mujer…-¡…Mariana! ¡Me cago en la puta hostia! ¿Me puedes decir qué mierda hace esta jaula con este pajarraco inmundo en nuestra alcoba…?-
-Ven Claudio, mira esto, el pájaro no ha cantado cuando le tapamos la jaula porque del susto se ha muerto, por suerte ha dejado de sufrir. Te diré que es una crueldad mantener bichos inmundos en jaulas; y que en realidad no cantaba de alegría sino de tristeza, ahora ve a ver televisión y deja de llorar como un mariquita, que tú no estás enjaulado…
Guy
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Mis días transcurren tranquilos. Días tranquilos, días monótonos, días banales. Un trozo de tiempo vacío que, menos mal, me digno a llenar con mi canto. ¿Qué otra cosa? No se me ocurre nada mejor aquí encerrado, con las alas inutilizadas, sin un compañero con quien intercambiar impresiones u otras actividades. Así que canto, canto todo el tiempo, inventando nuevas melodías que dejan a esos gigantescos tiranos opresores con cara de gilipollas. Antes también me preguntaba cosas como: ¿qué deben encontrar tan bello en mí para tenerme aquí encerrado? Creía que la respuesta debía estar en un espejo, pero ahora sé que no. Lo que ellos esperan de semejante aberración es disfrutar del desarrollo de una vida: verme crecer, alimentarme, cagar y mear; entrenarse en la responsabilidad cambiándome el agua, por ejemplo, y llorar hasta la deshidratación cuando muera. Soy el reality show más antiguo.
Ahora ya ni me pregunto y yo me aburro claro, por que la vida no está hecha para dejarla pasar y punto. Ya que estás, es bueno jugar con ella. Y la única manera que se me ocurre es cantar.
Sin embargo, mi verdadera lucha reside en la noche. Cuando el sol se va alejando, el silencio inunda la casa y entonces ellos cubren mi jaula con la intención, supongo, de mejorar mi descanso. Es entonces, cuando la oscuridad me envuelve, una oscuridad casi sólida y el aire se me queda atrapado en la garganta y apenas puedo respirar. Me quedo paralizado al principio, con terror de moverme y chocar con algo. Sé que no hay nada en mi jaula, que aquí nada sale y nada entra, pero eso es lo peor de todo: si me muevo y toco algo, ¿qué sería? Por lo general, me duele la cabeza y el estómago de tan tensos que se me quedan los músculos. A veces empiezo a temblar y mis alitas, que de nada sirven, no pueden evitar extenderse un poco y aventurarse en ese espacio oscuro, ese espacio enemigo que no soy yo. Al final sucumbo a mi terror, siempre me vence pero nunca me mata porque el peligro no es real, así que me desmayo y ya no puedo contar nada más de las noches que tanto odio.
Al día siguiente me despierto febril y débil, pero ver el sol me activa. Mis pulmones, que habían permanecido obstruidos de pura tensión, se abren, mis alas se relajan y caen elegantes mientras que mi cuerpo se pone firme.
Y empiezo a cantar, canciones alegres, canciones tristes, reflejos del mundo que me pasa de largo. Pero las mejores canciones, nacen siempre del miedo.
Selkis
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Es sabido que los canarios no existen, que son una invención de los hombres, mujeres, jovenes, viejos y niños, quienes sienten una tentación absurda por escuchar un trino, una melodía animal que no es más que masa encefalica proyectada como un holograma que sólo por convención se da en llamar realidad. su color incluso, que tiene los más diverdsos matices responde a esta irrefutable evidencia, de que cada cual proyecta lo que desea. Bueno, cuando los canarios o lo que ha sido dado en llamar canario, cuando el animalejo, la avecilla triste y lacerada ya con su llegada a este mundo, es cubierta, desaparece, sí, no existe. Al cubrirla escapa, se evade. Pero cada vez que uno por curiosidad abre la cubierta que en general es un trapo maloliente, el pajarillo reaparece, instantáneamente, sí, vuelve desde la nada, desde donde no quisiera haber vuelto.
Britzul
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Lo único que hacen los canarios cuando les tapan la jaula es lo mismo que hacen los humanos cuando apagan la luz: amarse.
Tobegio
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