Ahora soy uno conmigo mismo, tanto tiempo separado cuando el viento me partió en dos, que ahora quiero volver a volar. Como lagrimas en el cielo, lluevo sobre mi alma mis propios llantos desnudos de alegrías y sacrificios.
Y volveré a ser el mismo hijo de puta que hace tiempo escribía para enamorar, pocos amores puedo aguantar y conseguir mantenerlos a mi lado. Seré el mismo que un día bailó bajo la luna llena, el mismo que durante tanto tiempo sonreía sin parar y, a veces, lloraba sonriendo a la puta soledad que me aguarda en cada esquina, y otras, suplicaba al amor, que me esperara, en las alcantarillas sucias que ni mis palabras pueden limpiar.
Otra vez aquí, otra vez recogiendo instintos que resurgen de mi polla para intentar enamorar a gritos al propio amor. Otra vez aquí, recogiendo piedras y lanzándolas, desde el acantilado de mi vida, al mar infinito de mis noches poco iluminadoras. Otra vez aquí, de nuevo, con todos vosotros, con mi alma ardiendo por todo y por nada, con el frió de mi cuerpo congelando los putos muertos de la necesidad poética y basurera de toda una vida sin vida, de una vida sin tiempo.
Todos los cigarros se consumen en mis manos, todos los desvelos se consumen en mi llanto, todos mis recuerdos se consumen en tu ausencia y en mi cama mojada. Todos mis quehaceres a medio hacer, todos mis consuelos en un entierro un día gris de lluvia negra. Todo yo bajo la tierra, toda tu bajo mis penas. |