El ruido sucumbía a segundos mis oídos de miedo, pues las cascadas sin destino que se cruzaban entre yo y el sollozo, acompañaban tantos movimientos extraños entre el agua caliente y el quemar de mi espalda. Pues no es lógico decirlo, pero los años se sentían en cada gota junto al despega chorros e incluso el lánguido recordar al mojar mi cara también se entregaba y se mezclaba con los ojos marchitos ya casi sin lagrimas, en donde cada aguja clavada no era mas que el sacudir del mantel de los domingos entre el patio y la puerta del comedor o bien el mismísimo temblor de mis labios al sentir el teléfono llamar cegaba mis pensamientos y me preparaba para el peor destino. Mientras secaba mi pelo y el penetrante sonar del eléctrico aparato no callaba, podía ver a mí madre colocarme esas calcetas verdes como cada mañana al ir a la escuela e insertarme esos limpios pantalones con olor a ímpetu que me entregaba el aroma de su cabello mientras se agachaba entre mis ojos casi despiertos o bien conseguía llorar como al escribir junto a las resbalosas yemas inspiradas, y así, la tarde se me venia encima, los pájaros no cantaban y la noche era negra con la luna sin brillo y las estrellas opacas fucsias y perras, valla, valla, el desierto se increpaba en mi como la mosca a la sopa y cada hablar lleno de nudos alborotaba el reír anterior de sus labios de madre, esos que ahora puedo sentir y que sin saber nada logro tocar y Con el cielo hablar, pero ya basta, me puse de pie casi sin ropa y conteste el sonoro con la mirada ida y los zapatos sin nudos, y que sorpresa, mi madre hablaba como antes reía y lloraba conmigo, y asumía mi tristeza sin saber hacerlo, es que era su vendita figura desde lejos que asombrosa me devolvía la vida y me agarraba las ganas, pero que feliz soy, donde estuve, que pensé,¿ es un milagro?, La hermosa junto a mi danza y muerta aun no esta, y la sugestión se apodero de mí, pero ya no, ahora la tengo, le hablo, iré al hospital y caerán las malas vibras como el mástil algún día y se llevaran los recuerdos y quedaran las rosas para después de unos años