Sentado en la esquina de un lugar mas oscuro que las mismas entrañas de la noche, solo pude echarme a reír por que me encontraba hay.
Mis palabras la invocaban tratando de sentirla junto a mi abrase la brisa diciendo, donde estas soledad, acaso estas aquí, siempre con migo obligándome a pensar, te abraso con mi alma porque mis sentidos ya te olvidaron. Entra en mí y déjate sentir compañera desde el vientre de mi madre.
Solo tu conoces el inmenso valor de la verdad, de solo imaginar, por que lo demás se a cortado con la cuchilla de la desigualdad.
Mirado desde la ventana de mi habitación solo puedo observar, la degradación del espíritu por unas cuantas monedas que calmaran el alma y el hambre de los cuerpos moribundos, ya sin alas que los hagan ser libres.
Te agradezco por dejarme ver las larvas de complacencia que reposan al desecho con un poco de felicidad, placebos para su propia degradación.
Tu soledad no necesitas ser hermosa para que te ame, por que tu eres la única compañía en mis noches de desesperación por arrancar el dolor del amor, la enfermedad mas destructora de la voluntad de los hombres.
Entra en mi y seamos un único ser inmortal con la capacidad de viajar dentro de los corazones de los moribundos como yo, y haci contagiarlos de la idiotes de los olvidados, el pensar. El volar con la sabiduría de conocerse a si mismo.