¿A qué sabrá tu sonrisa mientras me estes besando?
¿A que me recordará tu cuerpo estrechado contra el mío cuando por fin te haya abrazado? ¿A qué sabrás ya tú, ahora que a los ojos me has mirado?

A cielo lleno de tí, a saliva ansiosa y acordes continuados, a melancólicos ojos por fin atendidos y escuchados por mí, sabras a tiempo olvidado y a deliciosa recompensa añorada por espero ambos.

¿A qué sabrá tu cuello a ojos cerrados?, ¿Y tu cintura, sabrá dulce a mi abrazo, como lo he venido soñando en mi memoria y paladar mental? ¿A qué sabrá tu espalda arañada y llena de almibar de besos?

¿Y tus piernas delgadas? entre mis manos alargadas buscadoras de zonas erógenas perdidas, ¿sabrán a placer encontrado, a delicioso sabor escondido? ¿A madurez de tela satinada y encaje escarchado con toques frutales?

¿A qué sabrá tu pecho emocionado y tu abdomen contraído? ¿a qué nuevo sabor me remitirá tu cabello suelto y perfumado? ¿Qué olor se esconde tras de tus oidos y tus codos de ángel?

Sabrás a placer encarnado, a éxtasis fraguado en caricias amontonadas y restriegos acumulados tras las cobijas, a esperanza de que funcione y a emoción de intentarlo de nuevo, a corazón ofrendado con guarnición crujiente de cariño reservado...

Sabrás deliciosamente como te he imaginado, cuando te decidas por fin a permitir que te dé en las hermosas alas el primer bocado.