Hoy, ordenando las cosas que guardé hace mucho, me topé con muchos y añejos recuerdos. Una manta que tejió mi abuela hace mas de 19 años, mi primera mamadera, zapatos que no me entran ni en uno de mis pulgares, y ya mas recientes, fotos, cartas y una verdadera enciclopedia de mis poemas de infancia. Casi automáticamente vuelve un sentimiento oloroso, como si viniera de algun lado vecino, como si el recuerdo cobrara vida y tomara un cuerpo que se posa a mi lado. Invisible. Es multiemocional este momento, cuando en vez de hacer caso de mis recuerdos, los dejo al lado, tomo mi pluma oxidada y me pongo a escribir de lo que aun no termino de recordar.