La naturaleza es una sensación infinita de posibilidades y nosotros somos los herederos de ellas.
Hoy es domingo y llueve sobre Buenos Aires.
Como quien intenta atravesar un charco de agua sin mojarnos, mientras llueve a raudales, pasamos por la vida tensos, crispados, encerrados en un hermético traje de lluvia, que creemos, nos preserva de los problemas y dificultades que "son de otros", y el traje, posee la magia de aislarnos, de contenernos, indiferentes a la realidad y la mayoría de las veces a nosotros mismos.
La vida es una infinita sensación de posibilidades y nosotros somos herederos de ellas.
Hoy es lunes y ha salido el sol.
Nuestros ojos, tensos, crispados de ver llover se acostaron por la noche y aguardaron dormidos el roce de la luz.
Y la luz llegó.
Vivir es una de esas sensaciones de posibilidad que nos hace herederos de, por debajo del sueño que nos hablaba de lluvia, con una sonrisa de seguridad aguardar esa caricia de luz.
Y cuando llega el lunes y eso sucede, se dibuja un arco iris para que tengamos miradas.
Presenciamos un despertar análogo a la mañana misma.
En los momentos de lluvia o de obstáculos con la mirada podemos advertir que nuestros dedos pueden seguir tocando muebles, paredes, ropas, objetos y seres.
Y nos damos cuenta que el mismo hecho que hace, a nuestro tacto aunque llueva, mostrarnos que los objetos y seres siguen estando; nuestro subconsciente, que es mucho mas sabio de lo que suponemos, se permite la magia de imaginar que aunque llueva y nos mojemos podemos indefectiblemente superar el charco.
Y superar el charco es aceptar la lluvia, es no pasar por la vida tensos, crispados, encerrados en un hermético traje que creemos, nos preserva de los problemas y dificultades que "son de otros", y el traje, posee la magia de aislarnos, de contenernos, indiferentes a la realidad y la mayoría de las veces a nosotros mismos.
Somos totalmente capaces al igual que la naturaleza, de acostarnos un domingo con lluvia y amanecer entibiados por el sol.
Solo el cambiar las realidades negativas comienza, con querer hacerlo.
Y para que el "querer hacerlo" se convierta en "poder realizar" efectivo y real, solo debemos saber querer.
Porque en saber querer u obtener está el gran secreto de la vida, de los pequeños cambios en la realidad que nos rodea y que luego va llevando a los grandes cambios.
Querer es algo mucho mas desear algo.
El solo acto de querer nos involucra profundamente.
En nuestra vida, hombre, sociedad, mundo, querer es para llegar a poder, como amar es para llegar a ser.
Y de ello podemos deducir que si el universo ama tanto a su naturaleza para regarla primero con una manto de lluvia que le permita conservar el verde esperanza para luego madurar un sol que haga crecer arco iris en simientes.
Nuestra naturaleza humana tan cuestionada y sufrida puede merecerse perfectamente, la caricia de querer profundamente cambiar los pequeños obstáculos para lograr ser, amar y poseer un hombre un poquito mas interiormente grande.
Vivir es una de esas sensaciones de posibilidad que nos hace herederos de, por debajo del sueño que nos hablaba de lluvia, con una sonrisa de seguridad aguardar esa caricia de luz.
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