Indiferencia
(Inspirado en El dormitorio de Arlés de Van Gogh)
La mesa cruje con una pena tan honda que se desgarran todas sus moléculas. Puede ser que después de tantos años de estar allí, estática, pintada de color azul, empiece a cansarse, porque insiste en dirigirme la palabra, moviendo los objetos que sobre ella están: tintineantes los frascos y el vaso, se mueven la jarra y la jofaina; cae el jabón, la botella de vino se tambalea.
Yo, indiferente, miro los cuadros de la pared izquierda.
Tímidamente, la mesa, trata de llamar mi atención, rozándome suavemente con la pata. Yo echado en la cama, de colcha rojiza, miro el perchero sobre mi cabeza, la camisa, el sombrero que de él cuelgan, absolutamente desinteresado.
Esa mesa no tiene la menor decencia ,se indigna el sillón de pana: ¿es un sillón o una silla de paja?
Avergonzado me levanto y me miro en el espejo, contemplo la mesa crujiente y la cubro con la sábana amarillenta de mi cama, mientras decido si me corto o no la oreja, en mi dormitorio de Arlés,
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