Sigues en el aire, 
resonando. 
Melodía que no acaba, 
persigues, 
me atrapas. 
Sutil conjuro, 
que no abandona pensamientos. 
Escondido para ser descubierto 
sin necesidad de hablar. 
Deseos en los bolsillos 
no pasan desapercibidos 
la mirada me delata. 
 
Preparé la huída en silencio 
el tiempo no fue suficiente, 
para escapar de los recuerdos. 
Los salones repletos, 
atendiendo las imágenes, 
olvidando la intención, 
sin cuestionar 
(era temprano). 
 
Consecuencias innegables, 
como tu presencia. 
Intentos que se estrellan 
en los muros de tu olvido 
que no es el mío. 
Como un espejo, 
devuelve reflejos impasible, 
los esfuerzos, 
se acumulan en mis pies 
difícil se hace el avanzar 
 
Sin descubrir 
la receta del olvido, 
son mis intentos 
el mejor modo de revivir el recuerdo, 
huellas que no abandonan 
la monótona existencia, 
callejón sin salida 
imposible de evitar. 
 
Como tu melodía 
también sigo aquí, 
me reinvento 
siempre del mismo modo: 
el dolor, 
haciéndose costumbre. 
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