¿Nunca han delirado hasta más no poder?
Yo he estado colgado, he visto pequeñas alucinaciones sudacas.
Tomaba mucho vino del barato
y aspiraba mucho poxi.
Era un chico agradable.
De los que se ve en Retiro.
De los que se ignora hasta que te rompen el culo en la esquina de tu barrio.
Bueno, ahí estaba yo, delirando solo.
Pasado de largo y medio enfermo.
El tiempo en cámara lenta, el sudor frió.
Y todo el tiempo:
¡JA, JA, JA, JA, JA, JA!
“Que mierda” dije y me tire al piso.
La gente en la avenida Santa Fe se apartaba y seguía su rumbo.
Y eran todo pies, por aquí, por allá.
Zapatos lujosos, zapatillas de marca, alpargatas finas.
Y piernas de viejas gordas haciendo los mandados.
Y pasos entrecortados de viejos temiendo la caída.
Y yo ahí, en el suelo, aspirando la mugre.
Y todo el tiempo, “Track, track, track”
¡CARAJO COMO ME DIVERTÍA!
No se en que momento me pare.
Revolví unas bolsas y encontré algo de comida.
Llegue a la plaza y me dormí.
Cuando desperté el sol estaba alto y terrible.
Me dolía la cabeza y aun estaba mareado.
Vomite nada y bilis y más nada.
No me preocupe, aun había tiempo.
Tenía 14 años.
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