La primera noche fue la mejor.
Lo reventamos a palos, le dejamos al cara echa pedazos.
El pendejo no entendió nada, quedo echo mierda en el piso.
Era un buen ejercicio, yo un buen alumno.

El segundo día no tanto.
Robar me daba vergüenza y miedo.
Sin embargo golpee a la vieja hasta que callo al suelo.
Después nos emborrachamos toda la noche con whisky.

A la semana era un experto.
Teníamos pegamento y nos pegaba bien.
Teníamos un lugar en Retiro y nadie nos jodia.
Al guarda le robábamos todos los días el almuerzo.

Al mes el murió, se paso de largo con la jeringa y la cago.
Lo deje tirado en el piso y me fui, nunca me gustaron los muertos.
Tampoco los vivos... tampoco yo.
Ahora divago por recoleta y aun no me cazan.

Soy un buen animal.
Soy difícil de cazar.
Soy la evolución.
Y aspiro pegamento.
Y voy por más.