Lo vi desde mi camarote, ajusto el cordón de su bota nueva. Sus ojos tenían una rara expresión, por lo menos era un a cara que nunca le había visto. Años de entrenamiento lo habían enseñado a programarse para no sentir, tenia colgados en la pared la foto de su novia y el arnés con su arma...
Nos tomábamos nuestro tiempo, solo éramos nueve, nos habían seleccionado de las mejores academias y escuelas militares. Éramos la elite de los comandos de nuestro país, con nuestras capacidades resultábamos un grupo de gran poder: bajo el agua los mejores buzos, en el aire pilotos expertos con muchas horas de vuelo acumuladas y varias misiones encima, en tierra hacíamos la fiesta, no había unidad que nos ganara en lucha uno a uno, los mejores en caballería, la mejor tecnología, y los más especial, explosivos. Cada uno de nosotros era la mejor arma, con solo una navaja Suiza teníamos la capacidad de sobrevivir y luchar por días en los terrenos más difíciles..
-Nic, Nic, Nic Oime, ¡Hey Oime!- - si, que quieres- -desde que te conozco, y eso es mucho tiempo ya porque aun estábamos en la escuela de ofíciales, eso como a los 16, nunca te había visto tan trascendental antes de una misión, es decir en 7 a los que llevo de conocerte nunca te había visto así, como pensativo-
-Tenientes, tomen sus equipos y vallan a la pista, saltaran desde black hawk sobre el área 1. Ordenes del nido- -si sargento- - sabes, no me gusta esto, siempre me toca irme cuando no quiero- de que hablas Nic- -después te explico-
Bajábamos rápidamente por la cuerda, a la espalda nuestros equipos y bajo nosotros el área 1. Nic y yo iríamos por tierra para ello tendríamos 2 motocicletas KTM de alto cilindraje, mientras, palacios y Walker irían en Apaches AH-64 para derrivar las torres de centinelas y eliminar a las moscas que sobre vuelen en defensa; Molina Telles y banks bajarian en lanchas rapidas por el norte, pirañas creo que serian las barcas utilizadas; Herrera y Núñez entrarian por tierra por el este en un jeep con suficientes misiles para volver ruinas un estadio de futbol. Todos teníamos nuestra arma preferida y esperábamos usarla, solo teníamos que seguir ordenes y hacer lo que ya sabíamos para volver a casa con una medalla en el pecho.
Entramos solo tuvimos que cortar dos cuellos y ya estábamos adentro, ¡qué maravilla la inteligencia pensé!, Ya que sin torres de los centinelas, todo seria mas fácil, todo estaba sincronizado y así como entramos casi instantáneamente al derrivar las torres, nuestros compañeros también estarían dentro.
Legamos a la sala de computadores, eliminamos a los estorbos, Nic se sentó en una computadora y yo en otra, al mismo tiempo sacamos de nuestros maletines disquetes negros y sin rotulo, los insertamos y craqueamos la red de seguridad y las funciones del edificio, los dos usamos lo mejor de nuestras creaciones, nuestros mejores virus; la misión estaba completa ahora solo ayudaríamos limpiando el camino, “una ayudita extra nunca esta de sobra”. De pronto y entre las sombras apareció un grupo de hombres con casco, eran como unos diez, nos cubrimos y todo empezó, la bala cruzo el estrecho corredor impactando a Nic quien fue empujado hacia atrás, en eso lance una granada de fragmentación al casco de uno de ellos, por fin, no estaban ya, adiós peligro; demore un momento en salir de mi estupor, luego di tres pasos hacia atrás, me arrodille y mire los ojos de me amigo que tenia en su mano la foto de su novia:
-Siempre me toca irme cuando no quiero; eso igual ya no importa, l que si me duele es que nunca veré crecer a mi hijo-
Espere y llegaron todos, ahora estoy en casa; nos ganamos linda una medalla y dos meses de vacaciones, pero perdimos, perdimos a un amigo, perdieron a su hijo y su novia, perdí yo y perdió el grupo.
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