Así fue la exactitud de las tormentas,
Empuñaban y preparaban en su reposo
La idea insoluble,
La oportunidad de volverse vampiro original.
Lo tonto es que era simple,
demasiado folclórico,
Para las rosas efímeras,
Por lo que me fui sigiloso bajo las composiciones señuelas.

Lógico, Nadie quiere escribir hoy.

No nos llamaron para cruzar el vampirismo,
La estirpe
De las lunas polares sin rosas de ánimo.
¡Vaya! Si al final fue sólo por desear originalidad.
Y la sencillez de la escritura es tal vez por que en el pasado
nos dimos cita en las mismas tormentas.
Ayer aceptaste que fue un engaño,
Me dijiste que fue para volver,
Yo lo acepté pensando
En que las composiciones corrompían
A nuestros labios goteantes.
Sin embargo mírame aquí, con los labios doblados
Y rogando que la originalidad
Sea una ilusión de la misma escritura.