1° Contacto

Oscar salió apurado porque sus amigos lo estaban esperando y casi olvida su almuerzo. Siempre se juntaban en la plaza frente al parque central para caminar juntos las quince cuadras hasta la facultad. En el camino aprovechaban para charlar y bromear un poco, ya que los estudios eran muy exigentes y los muchachos no tenían mucho tiempo libre.
Los temas de conversación eran los de siempre: los últimos resultados deportivos, nuevos inventos en el área de la ciencia y la tecnología, la música del momento, continuidad de la paz mundial, nuevas chicas para conocer, etc.
Aquella mañana Oscar se sentía tan entusiasmado como de costumbre, así que ni bien llegó al laboratorio se sentó frente a su computadora, quitó el protector de pantalla y... otra vez una señal. El programa de identificación de señales espaciales, que estaba funcionando desde hacía unos meses en la Facultad de Astronomía, ya había encontrado en otras oportunidades indicios de posibles comunicaciones de seres inteligentes. Pero en todos los casos se verificó que se trataba de emisiones realizadas desde el planeta o bien de interferencias espaciales comunes.
Sin embargo, Oscar no podía evitar emocionarse ante la nueva posibilidad de encontrar evidencias de vida en otro planeta. Él sabía que los fracasos anteriores sólo lo acercaban cada vez más a un triunfo.
Con mucho cuidado transfirió la información a la computadora central e hizo una copia de seguridad en CD para su registro personal. Luego comenzó el análisis. De inmediato notó que el archivo era bastante extenso, algo fuera de lo común hasta el momento. Entonces decidió dejar al cerebro de silicio trabajando solo y salir a respirar un poco de aire puro. Tal vez si tenía suerte podría ver a aquella chica resbaladiza que tanto le gustaba.
Un par de horas después, y sin haberse encontrado con nadie, volvió al laboratorio. El programa había terminado de realizar un análisis preliminar y los resultados eran alentadores. Pero era claro que esta vez no iba a poder solo.
En los años anteriores a éste en el que estaba haciendo su tesis, el guía de Oscar había sido el Profesor y Científico Antón Salvadeo. Pero Éste estaba ahora retirado y tomándose un merecido descanso, gozando de los viajes y la maravillosa vida que llevan los jubilados. Sin embargo el entusiasmado alumno no dudó en llamarlo a su casa.
El profesor sabía que la tarea encomendada era ardua, y también sabía que Oscar no podría solo, así decidió ayudarlo. En realidad su curiosidad científica no lo hubiera dejado decir que no y después de esos meses de ocio no le venía mal un poco de acción.
En cuanto el Profesor examinó la grabación notó algo que el ojo inexperto del alumno había pasado por alto. Un patrón regular de repeticiones codificadas.
- Creo que esto es importante.
- Profesor, ni siquiera lo ha analizado profundamente...
- Pero lo voy a hacer ahora mismo. Dijo interrumpiéndolo, mientras alzaba su mano como indicándole calma.
Luego de unas horas ya no quedaban dudas, la señal contenía códigos de información de seres inteligentes de otro lugar del universo.
- Este puede ser el descubrimiento más importante de todos los tiempos, pero debemos mantener la calma. Dijo el Profesor.
- Eso es muy difícil, pero si Usted me lo pide...
- Tal vez en poco tiempo podamos descifrar lo que contiene en realidad, así que hasta entonces te pido que no le cuentes a nadie sobre esto.
Esa tarde se encontró otra vez con la chica que, para él, era la más linda de la facultad. Charlaban, se miraban y sonreían sin decir nada, mientras se moría de ganas de contarle sobre la investigación. Él pensaba en un futuro juntos, con miles de hijos y ella, en el fondo, sabía que se estaba enamorando profundamente.
Los días pasaron y con mucho esfuerzo, una madrugada, lograron descifrar el contenido de aquella transmisión. Pero en ese momento sus rostros no eran de felicidad, lo que habían descubierto era aterrador. Se trataba de una transmisión televisiva, en apariencia era un resumen de los últimos cien años de historia de unos seres inteligentes, aunque extremadamente violentos y agresivos.
- Si no son capaces de vivir en armonía entre ellos, ¿qué harán con los que son diferentes?.
- No me lo quiero ni imaginar. Respondió el Profesor. – Lo que tenemos aquí es el mayor descubrimiento de todos los tiempos. Pero a la vez es una fuente de maldad y odio. Recuerdos de guerras y matanzas como las que nuestros ancestros libraron hace tantos siglos y de las que nos avergonzamos.
- Esta noticia puede causar desórdenes en el mundo, por miedo a una invasión.
- Si, haría que los países comenzaran a fabricar armas, y la paz mundial estaría en peligro.
Así que tomaron la difícil decisión de dejar de lado la fama, el prestigio y el sueño de toda la vida del Profesor: procedieron a destruir la información.
Primero la copia en CD y luego lentamente prepararon el programa para eliminar toda la información de la computadora. Sólo había que presionar una tecla, así que profundamente convencidos de estar haciendo lo correcto unieron sus tentáculos, respiraron hondo, y borraron toda la información sobre ese planeta de una galaxia cercana, que se encuentra en un sistema solar donde es el tercero a partir del sol y que sus habitantes llaman “Tierra”.
FIN
Sasá