La marea es colorada, el otoño golpea, suena, nuestras narices sufren, congeladas bajo el sol.
Tiernos atardecers en la luna, pereza mental. Los niños corren, desnudos, gritan, ríen, el barro es su lugar, el barro es su lugar....
El lugar está atormentado, vacío, los habitantes se marcharon hace algún tiempo, no había agua.
El agua se terminó, el lugar ahora es una mancha en una motaña.
La fruta es destruida, perpetrada por el germen, marrón crepita sobre el aire.
Los lugares están malditos, nuestra raza ha sido engañada, caminando entre sombras.
Imágenes distorsionadas de la verdad.
El ídolo cayó, ya no es, nosotros ya no somos.
Las hojas doradas de árboles arcaicos se mueven en los paisajes, el sol se entrega, su luz no es suficiente.
El profeta gimiendo en la tormenta, advierte, ve los sucesos, los padece en su mente, desgarbado y humilde profeta, cubierto de trapos, llora por nuestros pecados, por la automutilación sempiterna.
Las nubes se están formando, nubes de colores nuevos.
La luz requebraja el huevo, el amanecer ya está llegando.....