Hay un mar profundo y oscuro, se mueve.
Es algo diferente, realmente diferente, tan diferente que casi se parece.
Por lo que rodea no hay que continuar, hay que volver. El camino está lejos, pero hay que llegar y llegaré.
Nubes blancas, algodón puro, rosas rojas perfume embriagador.
Silencio lo estoy oyendo, ya llega aunque no solo, tal vez acompañado de su realidad. Triste y pura, cruda y real, es ella, y ahí está.
¿Cómo creer en la verdad? ¿Cómo desconfiar de la mentira?
Un Sol deslumbrante, una Luna cautivadora, un día radiante, una noche prometedora. Un camino sin final, un monte sin principio. Alguien detrás del ventanal, una gota en el cristal. Un niño que llora.
Ruido de pasos, reloj parado, tiempo pasado.
No hay nada que hacer, tan solo retroceder.
Vuelta a empezar, otro día más, otro día menos.
Las hojas caen, el viento las arrastra.
Oigo el ruido del silencio, puedo oírlo, es un ruido espantoso el del silencio.
No consigo entenderlo, parece extraño, creo que lo es.