Hay noches que marcan la vida y esa fue una de esas noches.
Algunos reían y comentaban, ¡te toco!, ¡vaya suerte!, otros molestos, ¡mendigo güey!
Luego la rara sensación; tú y yo solos en un cuarto de hotel.
---¿Quieres hacerlo en alguna forma en especial?
Tras un momento de duda, una respuesta que te descontrolo.
¿Te importa si platicamos solamente?
---No...claro que no, es tú tiempo y dinero
No es mi tiempo; trate de explicarte: Son mis ideas.
---¿No te gusto? Otra pregunta que tú sabias ya la respuesta.
Si, eres muy atractiva...pero.
---Esta bien, entonces que hacemos, ¿platicamos?
No te molestes, solo que no creo en el amor pagado, te dije torpemente.
---Ya
Tu respuesta seca me abochorno y más cuando te sentaste en la orilla de la cama, mostrando las piernas voluptuosamente.
---Bien ¿de qué quieres hablar?...¿de fútbol?. Me dijiste socarronamente
Háblame de ti, te pedí en forma sincera.
No puedo olvidar la mirada profunda de esos ojos negros.
---Oye realmente estas hablando en serio y en lugar de hacer el amor: ¿quieres que te platique de mi vida?
Si.
---Estas loco, no es nada interesante. Comentaste un poco turbada y note que te bajabas la falda.
Por favor insistí.
---Bueno, te diré que tuve una infancia triste, mis padres me golpeaban, un vecino me violo a la edad de trece años. ¿te gusta así de dramática?
Solo tu verdad, le respondí.
Prendió un cigarro, dejo que el humo lentamente se elevara y sin verme dijo:
---No sé cual sea la intención, pero me arriesgare contigo.
Así fue como supe que trabajabas en una tienda y el amor te había ganado por el dueño, que le habías creído sus promesas y tu embarazo que provoco que te corriera con 50 pesos en la bolsa, y la amenaza de acusarte de robo si le decías a su mujer algo.
¿Y no pensaste en demandarlo?
---¿Demandarlo? ¿quién me hubiera creído? Mi propio padre me escupió a la cara...y me dijo ¡puta! Cuando aventaba a la calle algunas de mis cosas, ante el silencio de mi madre, que como siempre temía contradecirlo.
¿Y que hiciste?
---De una casa de una amiga a otra amiga, a una tía, pero en todas siempre hombres, pidiendo su tajada, pues al fin yo ya nada tenia que perder. Hasta que por fin nació mi bebe.
¿Tienes un bebe?
---Bueno ya tiene 5 años y es mi adoración.
¿Pero como caíste en esta especial profesión?
---Quisiera poder decirte que fue por hambre o que mi niño estaba enfermo, no la verdad solo me deje llevar y llevar....
¿Y fue difícil con tu primer cliente? Pregunte descaradamente, dejándome transportar por la franqueza con la que ella estaba hablando.
---No era yo, estaba ahí y no estaba...solo pensaba en que tenia asegurada por lo menos una semana de comida para los dos, mi niño y yo.
¿Pero no había otros trabajos, que pudieras desempeñar? sin pasar por eso.
---Ja... en todos me pedían recomendaciones especiales o entrevistarme a solas. Y en los pocos, muy pocos donde me aceptaban, el sueldo era tan bajo que no alcanzaba para poder comer decentemente, además que pese a la miseria de sueldo, tenia que aceptar caricias y manoseos de los jefes.
Fíjate que me sorprendes, esperaba yo una historia desgarradora, que justificara por que estas en esa profesión. Comente estúpidamente lo que pensaba.
Levanto la vista por primera vez, apago el cigarro y me miro con algo que hasta la fecha no puedo definir si era desprecio, molestia o hastió.
---Eres un privilegiado hombre, comes tres veces al día, estudias y tienes amigos que te obsequiaron una noche de placer con una buena puta, en hotel bueno.
¿Qué tiene eso que ver contigo y tu historia? Dije bastante turbado
--- Pues eso, qué para justificar que una mujer se vuelva puta, debe ser algo terrible, algo que la justifique ante los ojos de todos...Cuando solo se necesita, hambre, desesperación, algo de depresión para aceptar por primera vez dinero a cambio de placer. Esa es la vida niño raro, no esperes novelas, solo la realidad te hará entender mis palabras, tal vez algún día.
Calle bastante descontrolado ante la avalancha de palabras y sobre todo el tono de ellas.
---¿Esta satisfecha tu curiosidad?¿ O quieres llanto y lagrimas?
Lo lamento, pero en cierta forma tienes razón, esperaba eso.
---Sabes, por lo único que te conté esta parte de mi vida, fue por que fuiste autentico al decirme que no te gustaba el amor pagado, espero que esa idea te haga hombre de verdad.
Yo no aclare que mi autenticidad se debía a que había visto morir a una persona de sífilis y tenia pavor a un contagio.
---Pero sobre todo niño raro, no esperes novelas, la vida es una historia que uno mismo escribe, y si soy puta no culpo a nadie, pero tampoco puedo decir que agradezco a alguien por tratar de impedirlo.
Ella se levanto y se me acerco, pero ya no con esa actitud profesional, sino de una mujer segura de si misma y me dijo con las manos apoyadas en mis rodillas y cara muy cercana a la mia.
---No sé por que no quisiste hacer el sexo conmigo, tampoco realmente me importa, pero espero que lo que hoy te platique, te permita ver el mundo real y veas que las prostitución no es parte de una historia de radio, sino producto de circunstancias y estas mismas hacen que unas mujeres se les diga decentes y otras callejeras, pero todas somos mujeres y sin buscar culpables, si puedo decirte que mis mejores clientes, son los que mas nos critican y señalan en su mundo.
Se incorporo lentamente, sin dejar de mirarme, y no pude evitar un estremecimiento ante la imagen gigantesca. que como ser humano ella ahora me presentaba.
---Me voy
Esta bien, pero esto es un secreto entre nosotros ¿verdad?
---¿Qué no hiciste nada?
Bueno si...
Me interrumpió violentamente.
---No me defraudes, tal vez algún día valgas la pena para que una mujer te quiera y respete.
Salió ella y yo solo pude pensar
Que inmaduro soy todavía.
Hombres necios que acusáis
a la mujer sin razón
sin ver que sois la ocasión
de los mismo que culpáis:
si con ansia sin igual
solicitáis su desdén,
¿porqué queréis que obren bien
si las incitáis al mal?
Sor Juana Inés de la Cruz
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