DE NOCHE
Soy la amapola de la noche, soy el colmillo ceniciento que hiere la luna. Soy la gárgola postrada en los oscuros aleros y tejados, soy una horda de alientos noctívagos. Soy el frío que besa al asfalto, soy la franca sospecha transmutada en el temor de los vigilantes. Soy el cosmos vacío y negro que cae sobre toda inteligencia, soy esa sensación que sienten todos ustedes de ser observados, soy el ojo que los observa, soy psicosis. Soy el vampiro sanguinario, soy el homicida insatisfecho, soy el sonámbulo violento y sin control. Soy la mano que surge de las tinieblas, soy el arrastrar de cadenas y quejidos, el aullar de lobos con colmillos ensangrentados. Soy la intranquilidad que reposa tras las esquinas, el brillo vacilante de la agonía afilada, soy el grito atrapado en una garganta pasmada, sin salida. Soy el terror, soy esa respiración de origen invisible, soy ese crujir de fantasmagóricas pisadas, soy la sombra que rauda cruza las calles al ser vista de reojo. Soy el pasajero etéreo del asiento trasero, soy la luz que se apaga inoportunamente, soy la brisa llena del hedor del sudor del pánico, soy la carrera y la angustia, soy la niebla sulfurosa dispersa en las inmediaciones del precipicio insondable. Soy la sangre en el suelo que marca tu camino de regreso a casa.
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