¿Qué pretendes con todo esto que vienes necia e inapropiadamente pensando?
¿Acaso no te das cuenta del peligro que ante mis lascivos ojos corres? y te vienes de a poco el alma desnudando... Me dices que sabes lo que haces, y que inclusive quieres quemarte en mi piel, no sabes de lo que hablas, pero tienes que aprender.
¿Piensas que la edad que tengo no significa nada, ni una amenaza de no amarte que ya te he tarde dado? Piénsatelo mejor, no me vengas noche tras noche retando, que el fuego que llevo dentro no es precisamente de pasíon, a mí me consume, a tí te terminará dañando.
Eres temeraria, te ofreces toda, piensas que podrás hacerme cambiar de opinión, hasta que quiza te quiera como no he de aceptarlo, tienes fé en tus encantos, pero no consideras que es mi corazón enfermo y mi mente desviada los que no pueden darte más que satisfación carnal y lastimera.
Si piensas conocerme te falta demasiado, no sólo lo que intentes descifrar de mis escritos te dirá lo que en mi cerebro viene pasando, lo que ves de mí es sólo la nimia parte que quiero mostrar yo y puedes adivinar tú. Necesitas algo más que una sonrisa y una caricia para derribar los muros que he levantado.
No te arriesgues demasiado, no tan fácil podras deshacerte de mi recuerdo una vez que te haya invadido con mis manos, no pretendo caminar a tu lado ahora, pero si necia lo sigues intentando, sólo conseguirás que la rabia contenida se vierta sobre tu cuerpo lacerado, y entonces sí que entenderás todo esto que te vengo anticipando, jugando con fuego estas, y a juego lo estas tomando... |