cuando la vi parada en su ventana, me di cuenta cuanto quería matarla, toda su vida me había despreciado, se había burlado de las flores que le traje, mostró mis cartas a sus amigas en son de burla, me paseo sus novios por la cara, me echó sus perros al pasar cerca de su casa, su jardinero, me golpeó junto con su chofer, su madre me tiró agua en la cara, su padre se burló de mí familia.
Cuando caminaba junto a ella en la escuela, se corría, si nos encontrábamos de frente un retozo sarcástico escoltaba su mirada de lástima y la risa cómplice de sus amigas me humillaba, su nuevo novio, pintó graffitis obscenos en la puerta de mí casa.
por eso cuando la vi parada en su ventana, no resistí la tentación, caminé sigilosamente entré su jardín, su protervo perro cayó muerto con una carne adobada con decol y racumín, sus flores fueron destrozadas por mis zapatos al pasar sobre ellas con la escalera, su ventana fue desprendida con facilidad luego que ella apagó su luz, acostándose a dormir, así, que encontré su cuerpo descansando feliz y confiado sobre el colchón de plumas con sábana de seda, cubierta por una cobija de lana suave que se deslizó de manera rápida bajo mis manos.
Al observar su cuerpo desnudo me encante con ella, me acerque a su mejilla y le di un beso, su rostro se movió como si me rechazara de manera inconsciente, así que decidí, alzar mi mano, la cual portaba el cuchillo justiciero que cercenó su cuello, se oyó tan solo un silbido y un tierno quejido, la sangre se regó por toda la sabana de seda, las paredes se plasmaron del rojo celestial de su sangre, mi camisa no sobrevivió a las manchas causadas por el río de sangre y sudor que brotó de ella y de mí respectivamente.
Corrí y salte por la ventana, la luna, dejaba entrever los sobresaltos del terreno y los perros en la lejanía, aullaban al sentir mis pasos, soy ahora un ser de la noche que no puede dormir tranquilo, por que donde cierro mis ojos veo los suyos, como burlándose de mí, aunque no se si pueda olvidar este suceso y me atormente toda la vida, creo que en el fondo se lo tenía merecido.
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