Caminado por la calle descubrí que él estaba frente a mí con la más cadenciosa burla de payaso enfermo, así comienza mi travesía por las paredes del infierno que todos temen cuando mueren, que le temen por él más crudo castigo, por los más intensos vegamenes, lo observo por que esta aquí lo siento con todo mi cuerpo y lo único que puedo hacer es aligerar el paso y describirlo, por que yo solo no podré cambiar lo que la mano de millones de personas han logrado, perturbando niños y convirtiéndolos en maquinas de delirios, arrasando con su suave inocencia trasformándolos en esclavos de perversos seres mayores, que engañan y destruyen con el mas cínico encanto, que se alimentan como sedientas bestias del único y sublime sabor la inocencia. Trasformándola en miedo, rabia y asco, no se como sus mentiras arrasaron con la felicidad de ser niño, convirtiéndolos en seres desechables, en cuerpos débiles y maltratados ya corroídos por el hombre.
Caminado por estas catatumbas la observe, la niña, el comienzo de la felicidad, y busque su olor y al pasar por su lado aquel aroma a juguetes de felpa y a dulces caramelos no lo percibí encontré en su lugar un sudor mezclado del más demencial salivazo de bestias sedientas de degamenes, encontré que su olor se había perdido por un aromático hedor a mujer mayor sarcástica y fraudulenta, con su mirada perdida comprendí que la risa y la sorpresa que acompañan de la mano a la inocencia se habían desvanecido de aquel ser.
E visto como las personas disfrutan viendo como se alega el pequeño y entra en escena el engendro vicioso por las miradas de otros hombres y mujeres, perturbados por comer del dulce de la inocencia fantástica, que producen las criaturas mágicas que comienzan a comprender la vida de una forma misteriosa y angelical.
La ira entra en mi cuando observo que la niña es llevada de la mano de un ser mayor lleno de perturbadas perversiones, y es arrastrada para alimentar al ser licántropo de inocencia.
Detengo al hombre con una mirada llena de ira y trato de tomar a la pequeña pero ella se resiste retirándome con gran fuerza, como de sabia protectora.
Y llegue dentro de sus ojos, con una mirada de estupor, y observe que tenia una chispa de inocencia, y con esta mirada me digo con voz noble. Caballero azul la fantasía no me dará de comer, y tengo hambre y mis hermanos también y el ser que espero del que soy poseída espera que yo me alimente para seguir teniendo vida, así que perderé esta chispa de inocencia para que otros vivan.
La bestia que esta al lado de la niña sé hecha a reír golpeándome en el rostro y alegándose con la niña, trate de lentamente de levantarme para golpear a aquel hombre pero no lo podía hacer, y no era por el golpe sino por las palabras de niña, después de que de mi vista se alegaron me levante mirando el infierno y comprendí que nos merecemos este lugar lleno de azufre por robar la inocencia y el encanto de la niñez.
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