El visitante inesperado.

Este cuento fantástico se basa principalmente en la llegada de la sonda “Huyghens” que se posó en el suelo de Titán, el mayor de los satélites de Saturno, tras un preciso descenso y con la ayuda de un paracaídas en su etapa final.Luego de siete años de viaje a través del sistema solar sorprendió al mundo la exactitud de su trayectoria y llegada.


Por la ventanilla del módulo “Huyghens”observa, como todos los días de los siete larguísimos años que ya se prolonga su viaje a través del sistema solar, su único ocupante espacial “Neiro”
Neiro es el piloto de este viaje programado de entre la Agencia Espacial Europea y la Nasa para explorar al mayor de los satélites de Saturno, Titán.
Navega solo, dejando en la Tierra a todos sus afectos, sin saber sí vuelve…
Después de una larga conferencia entre si mandar a un robot o a un ser humano, él se había ofrecido como voluntario. Ahora su viaje esta llegando a su fin y Titán ya se visualiza por varios días sobre el lado este del módulo.
Con una cierta dosis de fantasía, a pesar de ser un científico, sueña llegar y posarse sobre el satélite, encontrar un ambiente parecido a su lejana Tierra, poder hallar verdes colinas, azulados mares y tal vez vida humana…

¡Por fin hoy es el gran día! Desde temprano Neiro ajusta los aparatos para un descenso automático y luego se acomoda en su asiento y abrocha todos los cinturones de seguridad,
y… ¡comienza la etapa final!

Pronto se ve atravesando por los anillos de Saturno. En la gigantesca pantalla la cual lo mantenía unido y comunicado con la Tierra, observa paso a paso los sucesos, captados, procesados, emitidos y transferidos al centro de la Nasa y mediante ella al mundo entero.
Ahora, tan solo espera, poder efectuar un exitoso descenso, posarse sobre la superficie del planeta, y al abrir la escotilla de su nave, ser el primer hombre en pisar el suelo de Titán, uno de los más grandes satélites de Saturno.
Por fin y después de varios inconvenientes nada graves, desciende el módulo y se posa sobre la superficie.
Neiro trata de liberarse de sus ataduras de seguridad, verifica y procesa las condiciones exteriores: existencia de atmósfera, composición de gases, presión, calor y gravedad y se alista a abrir la escotilla.
Y al salir y poner sus pies en el suelo de Titán, este inesperado visitante, descubre y con gran sorpresa ve, cosas increíbles dignas del sueño de un loco.
Delante de él se extiende un enorme aeropuerto espacial, de todos lados llega gente a recibirlo, al parecer humanos. Pero el ambiente esta teñido de un color rojo-sangre: la superficie es roja, el cielo es rojo, hay un gran lago en la cercanía, también rojo, cuya agua al tocarla se escurre y desvanece en una nube roja. Se mira a sí mismo y de pronto él también se ve teñido de rojo. Avanza lentamente alejándose de su nave, también roja y paso a paso cree llegar al centro de del aeropuerto; y al estar ya por alcanzarlo éste se transforma en una gran mancha roja.
Pero aún quedan las figuras que vio desde lejos. Y mientras más se acerca divisa tan solo sombras…rojas, sin volumen, sin cuerpos y al querer extenderle la mano para saludarlos, se desvanecen y transforman en un remolino rojo de gases rojos.

Sin poder explicarse todos estos sucesos extraños, cansado, busca un refugio en la sombra y se sienta sobre una roca por supuesto teñida de rojo y su mente trata de recordar lo que pasó. Pero su memoria llega tan solo hasta el momento de atravesar por los anillos de Saturno… de aquí en adelante lo invaden sombras… rojas… y todos sus recuerdos se pierden en una inmensa laguna… roja.


¡Pobre Neiro!, su memoria no captó ni grabó el preciso instante entre su vida y su muerte.
La sonda “Huyghens” al pasar por los anillos de Saturno, provocó y estaba expuesta a una gran fricción, su superficie se iba incendiando y el cuerpo de Neiro al no soportar el gran calor así provocado, más la extrema presión , poco a poco se iba quemando, desangrando y tiñendo de rojo hasta que el módulo se estrelló sobre la superficie de Titán y tiñó todo de color de sangre y fuego….
Solamente quedó su maltrecha alma, convertida en una sombra roja, sobre un satélite insólitamente coloreado de rojo...

Y el sueño de los científicos, los que una vez más quisieron conquistar al universo, quedo trunco y sin enterarse jamás del fantástico color rojo de Titán, ni del triste fin de Neiro, piloto voluntario de la sonda “Huyghens”.


Nota del autor: Este cuento es pura fantasía, ya que la expedición a saturno fue un éxito y su tripulante fue un robot.