Pequeña pincesita que quería ser mirada
Y a sus pies los demás yacían negros y oscuros.
En su torre los ladrillos eran de polvo de plata
Y reflejaban un fulgor resplandeciente muy agudo.

Miraba su cabello y se sentía como un caballo
Dotada de cuerpo perfecto, sensual y posicionado.
Pequeña princesita no aguantaba un comentario
negativo en su actitud o en su elegante vestuario.

Pequeña niña guapa princesita muy sincera
No comprendía porque algunas eran malas con ella.
Era muy pesimista en cuanto a cosas de querellas
Que necesitaban de su mente y a su inteligencia por bandera.

Pequeña princesita intentaba ocultar el daño
Cuando alguien conocía su simpleza en sus años,
El orgullo tembloroso ocultaba con engaño,
Rencor real, de hada, que le juzgaba llorando.

Sus sentimientos justificaban acciones llenas de furia
Pero sentía dolor profundo si la trataban mal
Creía soñar y se sentía potagonista de penurias
De un cuento largo y muy triste con reservado final.

Pequeña princesita quería desaparecer
Y que la gente pensara que que debían tratarla bien
Y en su ausencia imaginaria pensaba en su triste pérdida
Con personas plañideras al estilo de la Eneida.

Los fallos que cometía a los demás los aplicaba
Y juzgaba los errores todos ellos con su espada
La que sacaba de su pelo cuando veía necesario
Bajo su propia justicia, bajo su corazón ennudado

Quería ser imparcial, quería poder perdonarse
Quería enamorar sin que su principe la despreciase
Pero con tanto dolor, como una bruja se contemplaba
Aunque sabía que era bella y que la gente la subestimaba

Pequeña princesita cuántas noches de reproches
Cuántos amigos perdidos que te debían tu ayuda
A cambio de tu apoyo recibiste muchos sobres
De críticas en tu espalda que flocerían en dudas

Pequeña princesita se encerraba en su torre
Y entre el marfil y las conchas creía escuchar las alondras
Creía ser la Diosa del sol creciente entonces,
Pero llegaba la noche y no se sentía tan hermosa.