Para todo aquel condenado a anunciar la muerte de un ángel antes de que este pueda ganarse sus alas
Es el mío el ingrato trabajo
La mía la terrible labor
Soy trompeta dorada y fría
La sentencia última y tardía
Del fracaso soy el clamor
Quien malas nuevas trajo
Fin de la Esperanza que había
El “no” del último favor
El que vio cómo el ángel moría
El que lo anuncia sin un temblor
Las alas de luminoso agasajo
Cuelgan de una percha vacía
De nadie dueñas, sus plumas caían
Lágrimas por el ángel que murió.
Texto agregado el 18-04-2005, y leído por 166
visitantes. (3 votos)
Lectores Opinan
01-05-2005
Maravillosa rima....maravillosas metaforas...de lo mejor que he leido....un pequeño tesoro silpivipiapa
24-04-2005
demasiado bueno para tan pocos comentarios...
execelente mordred
18-04-2005
*****muy bueno,me gusto aannttoonn
18-04-2005
La construcción en general me parece buena, pero siento que el poema es incompleto o es que hoy amanecí corto. Pero me ha gustado mucho la buena forma en que aquí se trabaja la construcción del verso. flucito
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