-VEDETTE-
Barcelona año 2178
En estos días es difícil ver “cuerpos bellos”, es difícil encontrar “caras limpias” y más aún, encontrar seres con “mentalidad antigua”… de los que tenemos recuerdos.
La manipulación a la que estamos sometidos de forma cotidiana, destroza las caras y los cuerpos, y después de la GC (Gran Catástrofe), algunos de los que sobrevivimos, conservamos los recuerdos, tenemos sueños… Recuerdo una frase que vi antes de la GC que decía, “*Mañana dirán… que soñar es ilegal”, y hoy, que es el mañana de ayer, esta frase es una realidad, y el solo hecho de recordarla, una ilegalidad. La presión que sufrimos los soñadores esta latente en cada torre de vigilancia legal.
Hoy es el día del divertimento, como tantos otros, he hecho un esfuerzo al salir de mi refugio para ver en la Sala, el espectáculo de la vedette Brigitte Ettyr. Estaba anunciado: “UNICA FUNCION: BRIGITTE, DESNUDARA SU IMAGEN”
El rostro “limpio”, de piel morena, pómulos redondeados, labios perfilados, inmóviles. Los sonidos guturales que emite, son graves. Su mirada me hipnotiza, es fija, inexpresiva. Siempre había pensado que con tanta manipulación, lo visible no podía ser perfecto. Hasta hoy, nunca había visto su cuerpo desnudo. La indumentaria que suele llevar es sugerente y sus movimientos sensuales.
La Sala estaba llena. Me arriesgado más de lo habitual colocándome en primera fila. Quería ver de cerca su imagen desnuda, quería tocarla con mi mirada, acariciar la gravedad de sus sonidos…
Esta noche llevaba un traje ajustado gris brillante. Ha empezado la función al ritmo de un tambor. Había un símil de fuego en el centro rodeado de piedras artificiales… Brigitte, ha empezado a danzar, se arrastraba por el suelo, se revolvía, era inquietante. Ha sido un ritual. Andaba descalza por el escenario y en cada dedo de sus pies llevaba un anillo. De su largo cuello colgaba un collar de cascabeles y en la cintura de su traje un cinturón de platillos de chapa. Sus uñas largas, estaban decoradas, con colores que iluminan la noche.
En este mundo de amorfosidad, de androides, de manipulación mental, genética, Brigitte, a pesar de su mirada fija, inexpresiva de labios inmóviles, era mi Diva. Sus movimientos sensuales y el trenzado rígido y anaranjado de su pelo, escenificaban un Sol dando vida.
Los tambores seguían tocando, y con el ritmo cada vez más exaltado, ella repasaba su cuerpo con el movimiento de sus brazos, y acariciándolo con sus manos, ha empezado a desabrocharse la cremallera de su traje gris brillante, desde su cuello hasta su entrepierna. Dándonos la espalda se ha quitado la parte de arriba del traje, se ha echado en el suelo, y revolviéndose al ritmo furioso de los tambores sonando, ha terminado de desnudarse… cuando se ha levantado, por un momento he podido acariciar su cuerpo desnudo con mi mirada… ese cuerpo desnudo, decorado con pintura fina, con anillos en los dedos de sus pies, y los colores que iluminan la noche, decorando las uñas de sus manos, que seguía agitando repasando una y otra vez su rostro. En uno de esos movimientos, su rostro se ha transformado. Ha quedado reemplazado por una cofia de astronauta, como pecera, sin ojos ni boca, sin pelo ni orejas, solo el reflejo de una sala repleta… Ese rostro limpio de pelo rígido, trenzado, era una mascara…
En el símil de fuego se podía ver el traje gris brillante, y la mascara de un rostro limpio de pelo trenzado…
Toda la sala estaba frenética, aplaudía… He tenido que hacer un esfuerzo para no vomitar mi desilusión, al ver a mi Diva, convertida en realidad, en androide con rostro de astronauta y cuerpo de vedette, pero tengo algo que los demás no tienen y jamás tendrán...
...el recuerdo y el poder de los sueños.
(*) “Mañana dirán... que soñar es ilegal” Frase copiada de un Restaurante de Valencia
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