Cuentan que en la calle 142 con carrera séptima en Bogota, existe una casa denominada la casa del miedo, siempre la han querido tumbar y ella nunca se ha dejado porque cuando la van a demoler dentro de ella se escuchan ruidos, risas, entre otra clase de sonidos extraños. La maquinaria, según se dice, ha resultado dañada de manera inexplicable.

De igual manera se relata que solían ocurrir sucesos extraños en cercanía a la casa. Hablan de apariciones tales como jaurías de perros negros que arrastran cadenas tras de si, y que desaparecen por encanto; de que los árboles parecen susurrar o emitir lamentos con voces casi humanas pero incomprensibles a transeúntes desprevenidos, seguramente tratan de contar eventos macabros y proscritos.

En alguna oportunidad hace ya muchos años, se celebraba allí una misa para sacar a los espantos de aquel lugar, pero esto no se pudo llevar a cabalidad porque el espíritu, que según algunos es una especie de duende, se llevo el mantel y arrojo al suelo todo lo que sobre el había, por tanto el cura y todos los feligreses que estaban huyeron despavoridos de aquel extraño lugar.

La casa fue arreglada y convertida en un restaurante llamado “El Velero”, pero personalmente desconozco si aquel sitio sigue aun ahí, tal vez vaya a visitarla, seducido por aquel halo de misterio ¿y porque no?, de horror que envuelve aquel lugar. Tal vez ya sea hora de que el relato venido de los recuerdos de infancia de mi padre, sea vivido en carne propia por su hijo.